EL TESORO ZARZUELA EN TRES ACTOS escrita sobre al pensamiento de un vaudeville extranjero LETRA DE jUANUEli FERNANDEZ DE NA PUENTE MÚSICA DE AMADEO VIVES Estrenada en el TEATRO DE LA ZARZUELA de Madrid, la noche dei 7 de Abril de 1917 y reestrenada en el TEATRO DE APOLO en Mayo del mismo año t MADRID Velasco, impresor, Marqués de Santa Ana, 11, dup.® TELÉFONO, NÚMERO 551 1917 Reparto en el Teatro Pe la Zarzuela PERSONAJES ACTORES JULIA . . TRINI . . ESTELA . MANUELA . . UNA MUCAMA . ¡ ESPECTADORA 1.a . ' IDEM 2.a . IDEM 3.» . . UNA PROFESORA . PABLO PERIZ . CARBALLEIRA . SANTIAGO OLIVEIRA . CONDE FIO R INI . MARTÍN . SAMANIEGO . LUIS SERRANO . . . PRÍNCIPE DE XIAN-XEN. . . . JIMÉNEZ . FERNÁNDEZ . RAMIREZ . CAMARERO l.o...e . IDEM 2.o . IDEM 3.°.. . . UN COCINERO . UN PINCHE . INMIGRANTE 1,° . GAITERO . Seta. Hidalgo. Ramos. Maetín. Sea. Romeeo. Seta. Feenández. Gaemendia. Peado. Lafoegue. Se. Paeeba. Güell. Rodeíguez. Allen-Pebkins.. Gallego. Banquells. Alonso. Zaeagozano. Aznab. Vallejo. Romeeo. Satas. Piñuela. Gályez. Bayon. Montilla. Seguea. N. N. Espectadores, bailadores de jota, gitanos inmigrantes r coro general y niños La acción en BuenosAires. — Epoca actual Derecha e izquierda, las del actor Decorado nuevo de Mollá.— Sastrería de la casa Peris hermanos. Reparto ea el Teatro de Apolo PERSONAJES JULIA.... . . TRINI . . . ESTELA . MANUELA . MUCAMA... .* . ESPECTADORA. 1.a . IDEM 2.a . . . .. . IDEM 3.a . . PROFESORA 1.a . PABLO . . . CARBALLEIRA . SANTIAGO... . SAM ANIEGO . CONDE . PRINCIPE . MARTIN.. . SERRANO . JIMENEZ . . . FERNANDEZ . . RAMÍREZ . . . COCINERO . v PINCHE . . . MOZO l.° . IDEM 2.o . IDEM 3.° . GAITERO . ACTORES Srta. Leonís (Rosario). Leonís (Rafaela). Sea. Mayendía. Seta. Moretj. Guillot. Girona. Aceña. Gutiérrez. Sr. Galindo. Güell. Meana. Rufart. Fuentes. León. S. del Pino. Román. Ibarrola. Paisano. Moreno. Boluda. Cobao. López. N. N. N. N. N. N. ACTO PRIMERO El Café Español La escena representa el interior de un café cantante como indica el plano (Antes de levantarse el telón se oye dentro cantar al tenor la siguiente copla:) Pablo Dentro de un pecho baturro, lleno de luz y alegría, no cabe más que un cariño, porque no cabe falsía. (Sigue la música en la orquesta y se levanta el telón.) ESCENA PRIMERA ESPECTADORAS 1.a, 2.a y 3 a, JIMÉNEZ, FERNÁNDEZ, RAMIREZ, las seis PROFESORAS, CAMAREROS 3.°, 2 0 y 3 0 y Público, (Coro general) en el salón. PABLO y dos BATURROS con guitarras en el escenario del salón. Al levantarse el telón de boca aparece el salón del café cantante lleno de público; parte sentado alrededor de las mesas, sobre las que hay servicios diversos, parte de pie dando cara al escenario del café y aplaudiendo con entusiasmo. En dicho escenario, cuya decoración será una vista de Zaragoza, estará salu¬ dando PABLO, vestido da baturro, y tras él los dos aragoneses con guitarras. Cae el teloncillo del escenario del café, redoblan los aplausos; algunas señoras agitan los pañuelos, y otras se quitan las flores que llevan al pecho y las arrojan al escenario. Las señoritas del sexteto, que vestirán falda negra de seda, smokin rojo y chaleco blanco, aplauden también. Animación grandísima Hablado sobre la música Jim. - jBravo! Fern. ¡Muy bien! — 8 ESP. 1.a Jim. Varios Esp. I.» Jim. Esp. 2.» Esp. 3.a Esp. 1 >a Esp. 3 a Esp. I.» Jim. Fern. Esp. 1.a Ram. Esp. 2.a Esp. 1.a Fern. Jim. Esp. 1.a Jim. Esp. I a Jim. Esp. 1.a Esp. 3.a Jim. Fern. Jim. ¡Eso es cantarl ¡Viva el tenor español! ¡I Vivall (Cae el teloncillo del escenario del café; cesan los aplausos, se apaga la batería de dicho escenario; el público se va yendo muy poco a poco.) . ¿Pero ha terminado ya el espectáculo? Sí; éste era el último número del pro¬ grama, ¡Qué voz! ¡Qué maravilla! ;Y qué resistencia! Ocho repeticiones, y tan fresco. Es patrimonio de los aragoneses: no se dan nunca por vencidos. Tuve yo un novio de Zaragoza, que tantas veces como mi padre le echaba de casa, tantas veces volvía. ¿Y quién se cansó antes? Yo, y me escapé con él. ¡Vaya un negocio que está haciendo el due¬ ño del café! ¡Colosal! ¡Es un galleguito con más suer¬ te!... No va a quedar en Buenos Aires una sola persona que deje de oir a este tenor. ¡Lástima que sea un diamante en bruto! A pesar de eso me gusta muchísimo. A mí me agradan más los brutos con dia¬ mantes. ;Por qué no cantará este hombre más que jotas? Porque no sabrá otra cosa. Dicen que es un inmigrante español. Y herrador por más señas. ¿Sabe usted su historia, amigo Jiménez? Algo me han contado. Pues si fuera usted tan amable que nos la refiriese, se lo estimaríamos mucho. Mucho que sí. Será por el camino, porque aquí se han propuesto que nos vayamos y nos están de¬ jando sin luz. Este gallego, por ahorrarse flúido. Pues han de saber ustedes que, según me ha contado un compatriota del tenor, pare¬ ce ser que ese muchacho, allá en su tierra... (Se van todos por la arcada del fondo derecha, figu¬ rando que continúan la conversación hasta que des¬ aparecen de escena.) ESCENA II Las SEÑORITAS del sexteto, los tres CAMARER03, SANTIAGO, luego MANUELA Sant. . Prof. 1 a Sant. Prof. I.a Sant. Man. Cam. I.o Man. Sant. Man. Sant. Man. Sant. Man. Sant. Man. (Entrando en escena por la puertecilla del escenario. a los camareros.) Recogez esos servicios con prontiluz; ponezlo todo en orden y enten¬ deos con la mi parienta, que está abajo en el mostrador. Y ustedes, señoritas profeso¬ ras, non enfunden los estrumentos, que continúa el espectáculo. ¿Sin público*? Con público, y de lo más escogido. Es una función a puerta cerrada para recreio de unos señores de la más alta sociedaz. Se les dobla a ustedes el salario, a más de la cena, que ya tienen dispuesta en el salón de abajo y que pueden ir a despachar cuando gusten. ¿Conformes? Conformes, señor director, y hasta ahora. (Se van por el foro derecha.) Adiós, rapazas. ¡Sueno va y bendito mil ve¬ ces sea mi santo patrón Santiago, que asín protege a la gente trabajadora! (Por el foro derecha. A los camareros.) ¡Malos de¬ mos os leven, gandules! ¿Pero no vos ha dicho eLamo que vos deis priesa? Ya estamos acabando, patrona. Patrona, patrona... Llamazme doña Manoli¬ ta, que me va mejor. Non los atosigues, muller; los pobres non pueden facer más de lo que facen. (Mutis los Camareros por la derecha.) Tú siempre defendiendo a todo el mundo. ¡Ay, qué sería de esta casa si non fuera por min! Dijeras mejor si non fuera por él. ¿Por quién? Por el tenor. Bien dices; non pudo enviármoslo más a tiempo la Providencia. Si tarda ocho días más, tenemos que cerrar el establecimiento. Y volvernos a pie a la Coruña. . — 10 — Sant. Man. Sant. Man. Sant. Man. Sant. Man. Sant. Man. DICHO?, Cam. I.° Carb. Sant. Carb. Sant. Man. Carb. Sant. Man. Carb. Man. Sant. Carb. Man. Sant. Carb. Man. Carb. Man. Sant. Man. Eso de a pie... A nado, que es pior. Pero ya non debemos un peso a nadie. ¡Santiajol |Manoeia! (Se abrazan.) Que siga un año cantando aquí ese home y realizaremos nuestro sueño. Tornarnos a la tierra. Y comprar allí una casa. Y muchos prados. Y muchas vaquiñas. ESCENA III CARBALLEIRA y CAMARERO l.° por foro derecha Ahí tiene usted al amo. (Mutis.) Boas noites. Servidor de usted caballero. ¿Está todo en disposigao de comenzar o es¬ pectáculo cuando vengan as excellenzas que espero? Toudo. Hanse quedado los principales artistas de la casa. Os das cangoes espagnolas, ¿nao es asín? Asin mesmo. Trini, la linda cantadora andaluza; Pablo, el célebre tenor aragonés... ¡Célebre, e eu nao lo conozco! En, o mais popular impresario de America do sur. ¡Kmpresariol Direle, direle. Ha querido decir célebre en¬ tre nuestra parroquia. ¡Ah, ya! Este viene a quitármoslo. (Aparte a Santiago.) Pero fuera de aquí non sería nada. Non sabe cantar más que jotas. Descoiden, descoiden; nao vengo a quitár¬ selo a vosas señorias. Eu sou impresario de’opera. E filio de Portugal. ;E a moita honra! E nosotros de Galicia! ¡Ea moita honra tamén! Primos hermanos. — 11 — Carb. |Nada de primos! Primos os que pagan; o público. Sant. Eso, eso, bien dicho. Conque ya lo sabe vues¬ tra señoría; todo está listo para dar comien¬ zo al espectáculo cuando vuestra señoría avise. Carb. ¿Tambán o lunch? Man. Tamán; emparedados, fiambres, frutas, dul¬ ces, champagne... Carb. Moito champagne e moitos emparedados. O anfitrione e un personaje riquísimo: uno dos banqueros mais poderousos de Buenos Aires e presidente do trus da cria das galli¬ nas. O doctor Bamaniego. Sant. ¿Doctor?... Carb. En A mérica, toutos sao doctores. Man. ¿Y I03 invitados son...? Carb. Sua filha, bellissima rapariga; el doctor... en leyes o ilustrísimo señor don Luis Serrano;, a irmana de este; seu excelenza o conde Fiorini; seu alteza o príncipe Xieng-Sen, do Siam, e por último, o cabaleiro Diego Carballeira Rodrigues de Cabral e Ximenes de Pampilhosa, aquí presente. Sant. Corre a dar tus últimas disposiciones, mu- 11er. Man. Con vuestro permiso, cabaleiro. (se va por la izquierda.) Carb. ¡Va con Deus! Sant. E si vosa señoría non desea outra cosa... Carb. Minha señoría baja a montar en el taxíme¬ tro para ir en busca do anfitrione. Sant. Pues tendré la satisfacción de acompañar hasta la puerta a vuestra señoría. Carb. Moito obrigado. Sant. Bempre ao seu dispor. Carb. ¡Ah, tambán fala portugués? Sant. A lingua portuguesa e a lingua gallega.,. Carb. ¡Nao son parientas! ¡Pois nao faltaba mais! Sant. Dispense su excelencia, no he tratado de ofender a su excelencia; porque ha de saber su excelencia... Carb. ¡Adeus, adeusl (Se van por el íoro derecha, delante Carballeira y de¬ trás Santiago, que sigue disculpándose.) ESCENA IV PABLO de baturro y TRINI de gitana granadina. Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Música (Sale Trini corriendo por la puerta del vestuario con una carta en la mano, y tras ella Pablo.) íSé complaciente. Déjame, Pablo. Oyeme, Trini. Déjame en paz. Léeme esa carta. No te la leo. Dámela, y otro me la leerá. Aunque la carta es para ti. qué dice aquí no has de saber; que otra como ésta te leí y era una carta de mujer. Yo a ti te quiero nada más; no dudes nunca de mi amor. Todo eso es coba que me das; no hay quien se fíe de un tenor. ;Ven a mí! (Queriendo abrazarla.) ¡Alto ahíl (Huyendo de él.) (Ella ha ido a resguardarse tras una de las mesas, que¬ dando de espaldas a Pablo, que se acerca lentamente y desde el otro lado de la mesa toca a Trini en el hom¬ bro para que vuelva la cara ) Quien tanto sabe de letras, vuelva esa cara gitana, y así leerá si la quiero en los ojos de mi cara. No quiero oirte ni verte, que con los ojos me engañas y con la boca me mientes. ¿Yo a ti con engaños? ¡Ay qué niñería! Si no te quisiera pues te lo diría. Y si por la carta I Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Los dos . \ - . . . — 13 - es tu mal humor, hazla papelicos y será mejor. ¿De veras no te importa? Me importas tú na más. Pues oye lo que dice. Lo mismo se me da. Dice una mujer en ella que la trae loca tu voz. I vi ás loca se volvería si te oyese lo que yol Si te oyese las frases amantes que tú a mí me dices; si para ella en tus brazos las horas pasaran felices; si en tus ojos, lo que ahora yo leo pudiera ella leer. \\y que pena si tú me dejaras por otra mujer! (Dentro de un pecho baturro lleno de luz y alegría no eabe más que un cariño, porque no cabe falsía! ¡Ay mi baturro! ¡Ay mi gitana! No estés celosa, rosa temprana. Di que eres mío. Tuyo no más. Toma la carta. Rómpela ya. ¡Mi bien! ¡Mi amor! (Qué dicha tan grande, bendito sea Dios! Hablado Pablo Trini ¡Gitana! ¡Maño! Pensar que pueden quitarme tu ca¬ riño me güerve tarumba; más tarumba que la señoritinga de la carta ésta, que debe es¬ tar chalá der tóo. — 14 - Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Más loca que un cincerro. ¡Mía que escribile cartas a un hombre que le estorba lo negro y se las tié que ler su novial ¡Ella qué sabe! (Guardándose la carta.) Qui pregunte. Ende mañana dedicamos dos horitas tóos los días pa que aprendas a leé y a escribí. ¿Me vas a enseñar tú? Yo misma. ¿Pero también sabes escribir? También. ¿Qué te extraña? Aprendí en Gra¬ né, en la escuela. Chiquia, que tú no eres lo que dices; que una mocica que sabe de letras, de bordaos y de música, tiene que ser hija de buena fa¬ milia. Y lo soy. De pares honraos. Quiero icir, ricos. También lo fueron allá en Grané; pero vi¬ nieron los malos años, las contrebusiones, er libré a mi hermanillo de sé sordao, la muerte de mi mare; en fin, una porrá e des¬ gracias. Y aluego el agente de emigrasión disiéndole tóos los días a mi pare y a mi hermanillo que si esto era er parauso terre- ná, que si aquí no había más que surcá la tierra y salía oro... Y a mal venderlo to, bancales, casas, muebles y a embarcarnos en un vapor mu güeno: mu güeno pa los que no vienen en tersera de tersera. Y ya estamos en América; y lo que te he contao mil veces: mi hermano, trabajando en el campo, allá le¬ jos, mu lejos; mi pare, desechao por viejo de toas partes; y agotaos los recursos que trajimos... ¡porque cuidao si cuesta dinero viví en er paraíso terrenál Yo, teniendo que canté aquí pa mantenerme y mantener ar pobre agüelete. ¿Y cómo es posible que con esa cara y ese corazón y esa caeza te haigas enamorao de un piazo e bruto como yo? Porque conosí en tus ojos que eras bueno y que me querías. Verdá. Y luego... tu voz; esa voz que liega al arma. ¡Qué lástima que no aprendas música, Pa¬ blo; tú llegarías a ser er mejor tenor del mundo! Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Trini Pablo Man. Pablo Man. Trini Man. Trini Man. JULIA, — 16 - ¿Y por qué no me enseñas tú? Yo no sé lo bastante pa eso. A ti te hace farta un buen maestro. ¿Y aónde tengo yo el dinero pa pagale? Pues yo no me conformo conque sigas tóa la vía cantando jotas. Pior sería que no las cantara. Y más pior que no las hubieras cantao nunca. ¡Y que lo igasl A estas horas seguiría yo forjando herrauras, y eso, eso sí que es más difícil y cuesta más trabajo que cantar. Ni nos hubiéramos conosío. Lo cual que me daría una rabia... ¡Maño! ¡Gitana! ¿Me quieres a mí sola? A ti sola. ¿Mucho? Miá si te querré, que no eres aragonesa y te . lo perdono. ESCENA V DICHOS y MANUELA por la izquierda [Santiajo, Santiajo! Que ya están aquí, que acaba de parar un utomóvil a la puerta. ¿Quién llega, patrona? Los señorones que esperábamos. ¿Pero dón de se ha metido mi heme? No le hemos visto. Pues andaz, andaz a vuestro puesto, y a ver si cantáis bien. Se hará lo que se puea. (Yéndose.) Hala, hala, que suben y Santiago con ellos. Voy a decir que den toda la luz ai salón. (Se van los tres por la puertecilla del escenario.) ESCENA VI LUIS, el CONDE, el PRÍNCIPE y SANTIAGO por la derecha Sant. Pasen los señores: este es el salón. — 16 — Julia Luis Julia Conde Prín. Sant. Julia Luis Julia Luis Julia Conde Prín. Julia Conde Prín. Julia Todo eftá dispuesto para la función. Un café muy lindo. Vaya si lo es. ¿Qué opinan ustedes? Molto bello. Yes. (Santiago y los tres Camareros les ayudan a soltarse ]o8 abrigos, que se llevan, así como los sombreros de los caballeros.) Mientras ilegan los otros señores, puede un rato la orquesta tocar. Nada, nada, hasta que ellos no vengan. Como siempre, se harán esperar. Mi deseo más vehemente hoy al cabo realicé. Di más bien que tu capricho de venir a este café. Las canciones españolas cada vez me gustan más. jOh, sei tu ti a cual piú bellas! ¡Las flamencas mí gostar! i Aunque a orillas del Plata nacida, y orgullcsa de ser de esta tierra, no se puede olvidar la criolla de que hay sangre española en sus venas. Mi madre querida mi sueño arrullaba, con dulces canciones del Valle de Pas; y a padre, mil veces valientes zortzicos, con gran entusiasmo le oí yo cantar. Italia e la matre de il canto divino. Alegres chinchines tener en Siam. También en el Plata hay bellas canciones. Oíd una de ellas que es linda en verdad. Todos Conde Julia Pr ir.. Julia Conde Julia Conde Julia En su petiso montado por la pampa el gaucho va; calza las botas de potro, viste poncho y chiripá. Faja y pañuelo del cuello son de seda y rojos son: lleva su lazo en la mano y en el cinto su facón. Recorre a caballo la inmensa pradera, tras potros salvajes bisontes y fieras. De toda la pampa es rey y señor. Su trono el recao, la caza su amor. ¡Corre, petiso, corre, floja la brida, suelta la crin! ¡Hala, caballo, hala, que nos espera rico botín! 4 Corre, petiso, corre, etc., etc. Hablado La caucione e bellíssima, e la cantatrice e mirábille. Gracias, Conde. Gostar mocho mí. [Mocho, mocho! Gracias, Príncipe. Ha tenuto una buona idea il amico Sarna- niego con la sua invitacione di cuesta notte. Las invitaciones sí han partido de él, pero la idea no es suya. ¿Non? Verá usted. Hace días, Carballeira, ese em¬ presario portugués de quien es abogado mi hermano, habló en casa de un tenor al que había oído cantar jotas en este café. Noches después, y ya en la tertulia de Samaniego, volvió a salir la conversación del tenor y de sus canciones; y como yo soy tan aficionada a la música popular, mostré deseos de oirle y conmigo la hija de Samaniego. «A ese — 18 — Conde Julia Prín. Julia Prín. Julia Condé Prín. Julia Prín. Julia Conde Julia Luis Conde . / Prín. Luis Julia Conde Prín. % café do va la buena sociedad bonaerense», dijeron los hombres; pues que venga a can¬ tar aquí el tenor, dijo Estela; se opone su padre que no es aficionado a reuniones en su propia casa, y por fin se acepta mi idea de venir aquí a la terminación del espectᬠculo, y de que hicieran una sesión para nosotros solos. Molto bene. Samaniego invita, porque dada su condición de banquero debe ser el pagano. Mí más dinarro que él. No lo dudamos, Príncipe; pero en este país no es costumbre que paguen los extran¬ jeros. Pues hermano suyo, cobrarme consultas abogado. jHombre, eso es natural! (Luis se ríe.) {Oh, Príncipe, estáte lei chiflatti! ¿Qué ser eso de chuflatti? Distraído. Serto, serto Mí ser chuflatti. ¡Ja, ja! Y yo también, Príncipe, yo también. ¿Lei, per che? Porque he dejado olvidado en el automóvil mi bolso de mano. Bajará por él un camarero. No; il camarieri, no, vado io: tengo en ello molto piacere. Y mí también. Pero por qué van ustedes a molestarse. Con uno basta. ¡Yo, yo! ¡Mí, mí! (se van por el foro derecha.) ESCENA VII i * LUIS y JULIA Luis No dirás que no se desviven los dos por complacerte. Julia Ese Príncipe siamés es un perfecto imbécil. Luis Lo cual quiere decir, que hará un perfecto marido. Julia No io deseo yo tan perfecto. Estoy por el Conde italiano, que lo disimula más. — 19 luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia DICHOS, Conde Prín. Julia Prín. Julia Estela Sam. Julia Sam. Conde Estela Conde Estela Conde - K- . El Príncipe es más rico. Ya sé que tu deseo es casarme bien, herma- nito. Si yo pudiera darte un buen dote... Qué le he de hacer, si no tengo esa suerte. En cambio Estela, la bija de Samaniego... Esa aportará millones al matrimonio. ¿Por qué no le haces tú el amor? Porque me consta que su padre quiere em¬ parentar con la nobleza. Chocheces de millonario. ¡Qué más nobleza en estos tiempos que el dinerol Además, que no me gusta esa Demi-vier. Eso sería lo de menos. ¡.Julial Digo lo de no gustarte. En fin, gracias por tu buen deseo, pero ten en cuenta que los hombres se casan cuando quieren, y las mujeres cuando pueden. Aprovecharé la ocasión, descuida. ESCENA VIII ESTELA, SAMANIEGO, el CONDE, el PRÍNCIPE, CARBA- LLEIRA y SANTIAGO por la derecha ¡Gia siamo, qui tuttil (Desde dentro.) Tomar bolso: mí correr más. (Entra corriendo en escena y le da el bolso a Julia.) Es usted muy amable. Y querrerla más. Pero, Estela, siempre lo mismo. Hoy no es mía la culpa; ¿verdad, papá? Perdone usted el retraso, amiga Julia; esta noche he sido yo el culpable. Me propusie¬ ron en el Círculo un negocio a última hora... Si era un préstamo al ochenta por ciento, se explica la tardanza. Qué irónica es usted. (Pasando junto a ella.) (a Estela.) Está lei bellísima, signorina. Tenga usted cuidado, no vaya a enfadarse Julia si le oye requebrarme. Entre Julia e io, non c'é niente. En ciertos momentos, eso me figuro yo, que DO habrá nada. (Recalcado.'! Non capisco. 20 — Estela Conde Julia Sam. Carb. Sam. Carb. Sam. Carb. Sant. Luis Sam. Estela Conde Prín. Sam. Julia Sam. Pues yo creía que se enseñaban ustedes, el ... idioma, recíprocamente. E soli una buona amica. Puesto que ya estamos todos, ¿no les parece a ustedes que podía comenzar el espec¬ táculo? Como usted guste. ¡Carballeira! Excellenza. Dé usted orden a su colega de que dé prin¬ cipio la función. ¿Meu colega? Un cafeteiro náo e meu colega. ¡Eu sou directore d’óperal Bueno, pues avise usted al cafetero. A la súa disposigáo. Señor Oliveira, que im- piecen agora mesmo. Con mucho gusto. (Hace que pasen a su puesto las señoritas del quinteto- que estaráD en el segundo salón.) ¿Dónde nos sentamos? Cada uno donde le parezca. Pues yo entre el Conde y el Príncipe. (Así la hago rabiar.) Como sé algo de inglés y de italiano, les explicaré lo que no entiendan. Gracie tante. Y thank you. (pronúnciese Ai-zenk-yú.) Pues dejemos a la juventud en primera fila y sentémonos aquí nosotros. Es un modo muy delicado de llamarme vieja. Perdón; no he tratado de ofenderla. ESCENA IX DICHOS, TRINI, Tocador de guitarra y otra mujer; todos gitanos granadinos con trajes de fiesta, en el escenario del café Música Trini ¡Ay, tierra mía. ay, mi Granada! ¡Me llevan de tu verita, de tu verita m’arrancanl Pena, la mía: duelo, mi duelo. ¡Ya pa mi no hay alegría porque no veré tu sielo! ¡Adió, mi tierra, adió, mi Alhambral — 21 Conde Sam. Julia Carb. Luis Carb. Julia Carb. Conde Julia DICHOS, Pablo ¡Pa ti son mis pensamientos! ¡Quéate con Dió, suriana! (se corre la cortina del escenario.) ESCENA X DICHOS, menos TRINI y su gente Hablado E una ragazza simpática. ¿Qué le ha parecido a usted, Julia? No está mal. ¡Qué música máis insupportavel! ¡Sim Wag* ner livantara a cabesa! Hombre, cada cosa en su sitio. ¡E pensar que eu estou casi arruinado e este cafeteiro se está faciendo de ouro! ¿Sale ahora el tenor? Agora mesmo. Cuanti deseos ha lei de ascoltarle. ¡Si hemos venido a eso!... ESCENA XI PABLO y BATURROS (pareja de baile) en el escenario del salón Música (Baila una pareja ) Si mi madre fuera mora y yo nacido en Argel, renegara de Mahoma sólo por venirte a ver, hermosa y blanca paloma. (1) (Vuelve a bailar la pareja ) Como está Ja noche oscura, no ve jota la rondalla: si tú quieres que te cante salga el sol por tu ventana. (Baile. Se corre la cortina del escenario.) (l) Popular. — 22 — Julia Estela Conde Prín. Julia Carb. Julia Carb. Julia Carb. Julia Carb. Sam. Carb. Ju ia Sam. Julia Sam. Julia Carb Estela Julia Sam. Julia Estela Conde Prín. Sam. ESCENA XII DICHOS, menos PABLO y BATURROS Hablado ¡Qué hombre, digo, qué voz! Me ha llegado al alma. Canta molto male. Yes. ¿Qué le ha parecido a usted, Caiballeira? E un diamante in burro, que nao ha máis que pulirlo para que valga moitos contos do reis. ¡Si ese hombre aprendiese a cantar! ¡Si eu pudiera pagarle a sua carreira, facía¬ me poderouso! He aquí un buen negocio, Samaniego. Fagamos una asociagao os dos para explo¬ tarlo. (A Samaniego.) ¿Cómo explotarlo? Bueno, educarlo. Vosa excellenza socio ca¬ pitalista, e eu industrial. No me conviene. (Aparte a Julia.) Ya ha oído voeté: nao puedo hacer máis por eu protegido. (¡Silencio!) ¿Conque la alta banca se niega a a protejer ai arte? ¡Qué entiendo yo de esol Asociémonos todos, pues. ¿Cómo? Formemos una sociedad por acciones. El caso es que ese pobre muchacho pueda ser algo el día de mañana. ¡Ob, qué cora9ao el de vosa eeñorí.d Sí, sí, pppá; eduquémoele. Vamos, amigo Samaniego. Bien, bien, no quiero ser obstáculo a esa obra de caridad. Formemos la Sociedad anó¬ nima. Todos accionistas. Gracias, amigo mío. ¡Muy bien! ¡Admirablel Very well. El tenor queda obligado a que la Sociedad disponga de su ve z y de su persona durante 23 Luis Sam. Luis Sam. Luis Sam. Luis Estela Sam. Sant Carb. Sant. Carb. Sant. Carb. Sant. Carb. Estela Carb. Conde Prín. Julia diez años, y la Sociedad a su vez se obliga a mantenerle, vestirle y educarle durante ese tiempo, dándole el veinticinco por ciento de los beneficios ¿Pero están ustedes locos? ¿Cómo locos? ¿Y el previo contrato con el tenor para la formación de la Sociedad? ¡Hombre, estaría bien que se negase después del favor que vamos a hacerle! Además, y aún dado caso que acceda el te¬ nor, ese contrato no tendría valor alguno. ¿Entre él y nosotros no? Entre él y nosotros, sí; pero un Juez lo de¬ clararía nulo por inmoral. ¿Qué dice usted de inmoral? Lo que a ti no te importa. ESCENA XIII DICHOS y SANTIAGO por la izquierda ¿Hales placido a los señores el tenor? Muito. E a propósito, dígale que venga; suas excellenzas se interesan por él, e desean que les conte a historia seua. ¿Su historia?... Toudo e propaganda para o negocio. Eso sí. E a mesmo tempo, diga que nos sirvan o lunch. Con mucho gusto, (a ios mozos.) ¡A ver! Subir el lunche inmediatamente, (se va santiago por la puertecüla del escenario y los Camareros por el foro.) ESCENA XlV DICHOS, menos SANTIAGO y los CAMAREROS Agora viene o tenor. Muy oportuno. E o lunch. Mai oportuno. Mi tener una idea. ¡Hombre, qué cosa más rara! — 24 — Prín. Carb. Prín. Estela Carb. Julia Estela Julia Carb. Sam. Carb. Luis Julia Conde Estela Luis Sam. Carb. Sam. ¿Cómo llamarse tenoro? Pablo Pérez. No ser nombre tenoro. Verdad. Cambiémosle o apellido. Basta con italianizárselo. Paolo Perecini. Eso de ini, es muy vulgar. A termina9ao de mouda: ¡uxo! ¿Cómo? Caruxo, Peruxo. No está mal. Y debemos también hacerle interesante para el público. Decir, por ejemplo, que es un Conde florentino, que ha perdido su for¬ tuna en el juego. (¿Será alusione?) Y el cual ha tenido que espatriarse por ha¬ ber seducido a una Princesa. ¿Pero creerá el público todo eso? El más desvergonzado engaño es siempre el que se cree más. Me consta cuomo impresario. Y a mí como banquero. Prín. Estela Prin. Pablo Julia Sam. Pablo Carb. Pablo Julia Sam. Pablo Julia Estela ESCENA XV DICHOS, los CAMAREROS. Luego PABLO ¡Llegar champagne! (Los Camareros sacan grandes bandejas con fiambres, servicio y champagne.) ¿Le guata a usted el champagne, Príncipe? Gostarme todos vinos. ¿Hay premiso? (Desde la puertecilla del escenario ) El tenor, (a sus amigos.) Adelante. Güas noches. Acaba d’icirme el director, que ustés me llamaban. Sin. Acérquese máis. Con licencia. (Es más guapo de cerca.) Siéntese usted, amigo Pablo. Va usted a be¬ ber una copa de champagne con nosotros. Ustés perdonen. (Sentándose.) (Parece muy tímido.) (¡Qué lástima!) Sam. Me han dicho que es usted de una honrada familia de artesanos, y que antes de dedicar- . se ai teatro, trabajaba en la herrería de su pueblo. Pablo Sí, señor. Forjaba herraduras. Conde ¿Herraduras? ¡Non capiscol Carb. Zapati per las caballerías. Julia ¿Usted será inmigrante, verdad? Pablo No, señora, de Riela; provincia de Zaragoza. Luis Ahí va una copa de champagne. Pablo A la salú de ustés. (Bebe y se limpia coa la manga.) Estela ¿Y qué oficio le gusta a usted más, aquel o éste? Pablo - ¡Aquel! (con entusiasmo.) ¡Es tan hermoso! Julia ¿Dé veras? Pablo ¡De veras! Música ¡Herrero yo soy, y puedo jurar que ufano de serlo estoy! No hay placer como el hierro domar, y mirarle ceder y otra forma tomar. Al rojo subió la fragua por fin, y el hierro también ardió. ¡Suene ya el alegre tin, tin, que campana será en lejano confín! ¡Qué inmenso placer, qué grata ilusión, allí trabajar con bélico ardor! ¡Así, con fe martillando y al aire lanzando canciones de amorl ¡Ahí Forja, herrero, forja, palas, picos, rejas, para las labores de la madre tierra: anclas para barcos, llantas para ruedas, ¡pero nunca forjes armas para guerras! Mientras arda el hierro no des paz al brazo. Da por hoy, herrero, fin a tu trabajo. ¡El que no desmaye al fin triunfará! ¡Que si el hierro es fuerte, aún es más fuerte la volunta! Hablado Sam. Pablo Estela Carb. Pablo Sam. Carb. Conde Prín. Sam. Carb. Pablo Sam. Julia Pablo Carb. Sam. Pablo Prín. Sam. Pues si tanto le entusiasma su oficio, ¿por¬ qué se puso a cantar jotas en este café? Porque no encontraba trabajo y pasé ham¬ bre, y si no hubiá sido por esa chica gitana que cantó antes, ya estaría yo en el otro barrio. (Idilio tenemos.) ¿E cuánto gana vosté aquí? Más que en la herrería de mi pueblo. Dos pesos diarios. ¡Qué explotadores! Pues si se deja usted guiar por nosotros podrá ganar hasta... ¡Hasta cuatro! ¡¡Chinqüel! ¡¡Dies!! ¡¡Doce!! (Non suba vosa excellenza máis, que depois se engríen.) ¿Pero es de veras lo que icen ustés? Y tan de veras. ¿A usted le gustaría aprender música? Lo que mande la señorica. (como si se ia qui. siera comer con los ojos.) Trinque el tenoro. (Le da otra copa ) Pues nosotros, amantes de la educación, ofrecemos a usted costearle los gastos de su carrera artística, y atender a todas sus nece¬ sidades hasta que debute en un verdadero teatro. ¿Pero es posible? ¿Pero ustés...? ¡Si no puedo hablar! ¡Si tengo seca la garganta! Beber osté. (Le da otra copa, que Pablo bebe.) No tiene nada de extraño su asombro de Pablo Julia Pablo Estela Julia Pablo Carb. Sam. Luis Pablo Sam. Pablo Julia Pablo Julia Pablo Estela Prín. Conde Pablo Estela Pablo Julia Pablo Estela Julia Pablo Estela Pablo Conde Prín. usted, porque filántropos como nosotros no se encuentran todos los días. ¿Pero cómo voy a pagar yo a ustedes? Muy fácilmente. Cuando se contrate. ¡Yo no encuentro palabras para expresar a ustés mi agradecimiento! ¿Luego acepta usted? ¿Y cómo no? Sería yo el más granuja de los hombres si me negase, ¿verdad, señorica? Verdade. Pues amigo Serrano, haga el favor de ex¬ tender un documento provisional para se guridad del señor. Ahora mismo, (saca papel y pluma estilográfica y se pone a escribir ) A mí me basta con la palabra de ustés. Y a nosotros con la suya; pero la formalidad es formalidad. Como ustés quieran. (Forman dos grupos: a la derecha Luis Serrano, escri- biendo; enfrente de él Samaniego y Carballeira, como discutiendo entre los tres lo que el primero escribe. A la izquierda Pablo, en^re Julia y Estela; al lado de Julia el Conde y al de Estela el Príncipe: todos de pie.) ¿No toma usted un emparedado? Gracias, señorica; pero no tengo más que sed. Pues otra copa. Si USté me la da. (Pasa a su lado a cogerla.) (Está deliciosamente borracho.) (ai Príncipe.) (De tan poco champagne. Mí envidiar este tenoro ) [Hrindiamo amicco Peruxo! ¿Qué ice? Q’ie hemos arreglado su apellido de usted* ¿Y eso pa que? Porque no es posible ser tenor y llamarse Pérez. ¿No? Desde hoy se llama usted Paolo Peruxo. Y es usted un conde italiano. ¿Yo? Y ha seducido usted a una princesa real. ¿Cuándo? (Julia y Estela se ríen.) ¡Chiflatti come lei, Príncipe! Yés. Ser chuflatti. Pablo Conde Prín. Julia Estela Julia Pablo Julia Estela Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Estela Pablo Conde Prín. Conde Pablo Julia Estela Sam. Pablo Luis Pablo Luis Sam. Carb. Sam. Carb. Luís Sam. ¿Que es chufla? ¡Que se están ustés riendo de mí! (Amenazador.) ¡Eh! . ¡Off! Cálmese usted. No es burla. Es para hacerle a usted más interesante a los ojos del público. Nosotros solo queremos su bien de usted. (Con zalamería.) (¡Qué guapa es!) Y en señal de amistad, ahí va esa mano. Y esta. No se si debo... Cójalas sin miedo; pero no apriete mucho, debe usted tener mucha fuerza, (con compla¬ cencia.) Mucha. (Sin jactancia.) (Esto es un hombre.) (Aparte a Pablo.) ¿Ha re¬ cibido usted una carta? ¿Pero era de usted la...? (¡Silencio.) Los condes italianos besan las manos de las damas. PUS a lo que estamos. (Las besa repetidas veces ) (Ché fa ese anímale ) (El, aprovecharse.) Eh, amicco, se las va lei a mangiare. Yo no mancho nada, ¿sabe usté? (vuelve a besarlas.) Alto, alto, que ya es bastante. (Qué bien besa.) Ya está esto. ¿Usted sabe firmar, amigo Pa¬ blo? No señor; pero haré Una cruz. (Pasa a la dere¬ cha.) (á Pablo.) Aquí. (Señalando sitio en el papel.) Me siento, porque tóo me da güeltas. Mejor será. (Cayó el pez.) ¿Qué face? (Poner tres cruces: un calvario.) (El que vamos a facerle pasar nosotros.) Y ahora, tome usted esta tarjeta para que vaya usted mañana a casa, donde haremos el contrato definitivo. Y ahí van cuarenta pesos para que se di¬ vierta USted esta noche a SU gUStO. (Le da bi¬ lletes que saca de una cartera.) 29 — ‘ Pablo Carb- Pablo Sam. Luis Julia Estela Luis Sam. Pablo Luis Pablo Julia Pablo Estela Pablo Carb. Pablo Conde Pablo Prín. Pablo ¿Tó esto es para mí? Sin, homen, sin. ¿Pero e9 posible que haiga presonas tan güe¬ ñas en el mundo? Las hay, las hay. Julia, Estela, cuando gustéis. Andando. ¡Qué lástima! ¡Yo estaba aquí muy bienl Recogeremos los abrigos en el guardarropa. Buenas noches, amigo Pablo. (Le da la mauo a Pablo cada uno al despedirse.) Dios le guíe a usted. Buenas noches y hasta mañana. Hasta mañana. Hasta la vista, Pablo. Y que sea pronto. Adiós, Conde. (Presentándole la mano que él besa.) No se me olvida, no: Conde Peruxo. Boas noites. ¿Eh? Arrivederche. ¿Cómo? Good night. (Gut-nait.) (Se van yendo todos, menos Pablo.) ¿Pero esta es la torrecica de Babel? ESCENA XVI PABLO, luego SANTIAGO y MANUELA, después TRINI Música Pablo ;Yo no sé lo que me pasa! ¿Realidad o sueño es? Mas si tengo aquí el dinero, que no es sueño, bien se ve. jEn mi garganta tengo un tesoro; van a educarme para cantar; van a quererme bellas mujeres; voy a ser rico, voy a gozar! Me arde la frente me ahoga la sed, y hasta calmarla quiero beber. 30 (Se sienta a una de las mesas del centro, dando la es¬ palda a la puerta del vestuario, y bebe champagne en una de las botellas que allí habrán dejado. Santiago y Manuela aparecen en la puerta del vestuario y cantan sin avanzar.) Sant. ¿Qué hace allí Pablo? Man. Yo non lo sé. Sant. Pablo, ¿qué haces? (Acercándose.) Pablo ¡Déjeme usté! Sant. Tú estás bebido. Pablo Bien puede ser. (Riéndose.) Man. ¡Qué desvergüenza! Sant. ¡Me lo pensé! A dormir la borrachera. Pablo (Levantándose.) Sí me voy, mas no a dormir, que no quiero que me exploten y no vuelvo más aquí. Sant. ¡Pero Pablo! Pablo No soy Pablo! ¡Soy Peruxo! Man. ¡Loco está! Pablo Soy un príncipe italiano que ha tomado este disfraz. Sant. Tú no te marchas. Pablo Vaya que sí. Man. ¡Trini, ven pronto! (junto a la puerta del vestuario.) Pabio ¡Quiero salir! Man. ¡¡Trinül Trini ¿Qué ocurre? (Por la puerta del vestuario ) Man. Que ese infeliz, (por Pablo.) quiere dejarnos. Trini ¿Qué es lo que OÍ? (Muy sorprendida.) ¡Pablo! ¿Qué pasa? (Acercándose a él,) Pablo No sé mentir: la de la carta vino por mí! Trini ¡Jesús! (Horrorizada. j Pablo ¡Ella me espera! ¡Ten Compasión! (Llorando.) Trini — 31 — Pablo Voy a entregarle mi corazón. Trini ¡Dentro de un pecho baturro lleno de luz y alegría, no cabe más que un cariño, porque no cabe falsía! Pablo ¡Dice mi novia en su carta que la trae loca mi voz y al ver su cara de gloria más loco me he vuelto yo! (Trini quiere detener a Pablo y éste la rechaza, cayen¬ do aquella sobre una silla. Manuela acude en su soco¬ rro. Santiago, a la puerta del otro salón, intenta asi¬ mismo, detener a Pablo, que también le rechaza y sale huyendo. Telón.) FIN DEL ACTO PRIMERO c . - □□COjQLlJUUlHJLiljíM^ SEGUNDO Serre de cristales, en casa de Luis Serrano. Al foro puerta grande de cristales, abierta, que da al jardín, viéndose por ella una verja de separación entre dos hoteles, con una puertecilla de comunicación, y eu último término un hotel con puerta practicable A la izquier¬ da, fachada interior del hotel de Serrano, con puerta de comuni¬ cación a la serre, y a la derecha fachada lateral de un pabellón, con puerta de comunicación a escena. El techo de la serre, tam bién de cristales. Muebles apropiados: mesitas, sillones de mimbre, un piano de media cola y tiestos con plantas americanas. Es de día. ESCENA PRIMERA JULIA, ESTELA, SERRANO, CARBALLEIRA, CONDE y PRÍNCIPE Música (Aparecen en escena Julia y Luis Serrano, de pie, junto a la puerta de la derecha, como si estuvieran escu¬ chando, Samaniego y Estela a la puerta do la verja que separa los dos hoteles. El Príncipe, el Conde y luego Carballeira, hacen salida por la puerta de la iz* quierda.) | ¿Qué tendrá? < ' ¿Qué será? ¿Qué diabo a o tenor a passaurá? Como anoche se encontraba un poquito resfriado, Sam . Luis Prín. Conde Carb. Julia 3 — 34 a dos célebres doctores a consulta hemos llamado Carb. 0 pior é que esta noite ten Pernxo que cantar. Estela No se alarme el empresario, que de fijo cantará. Luis ¡Qué voz tan divina! Conde ¡Qué escuela de canto! Sam. Lo pone en las nubes la prensa de ayer. Prín. Estar bien concierto. Sam. Y qué gran entrada. Carb. Para hoy ya nao resta . un solo papel. Sam. ¡Qué desgracia, si está ronco! Julia No se apuren más, señores, precaución tan solo ha sido el llamar a los doctores 4 y pues nada hacer podemos, ya que estamos en reunión, de tomar el mate juntos se presenta la ocasión. («Julia toca un timbre que habrá sobre una mesita de Junco, que hace juego con la sillería, y a poco se pre¬ senta la «Mucama», a la que da instrucciones.) Conde Jiamay lo he provatto. Prín. ¿Qué ser lo del mate? Carb. A hierba coucida que toman aquí. Luis No hay nada más rico. Sam. A mí me entusiasma. Julia \ Habrá de gustarle Estela \ cebado por mí. Julia Va usted a ver... Estela Va usted a ver... Las dos Como el mate se tiene que hacer. [a parece por la izquierda la «Mucama» con una ban¬ deja que contiene dos mates con sus correspondientes bombillas, una cafetera (pava), ua azucarero, un tarro de cristal con tapadera de plata (figurada) y dos cucha' rillas. Julia y Estela colocan la -mesita de junco en el centro de la escena: sobre la mesita pone la bandeja la «Mucama», que se queda de pie frente a la mesa, mien¬ tras Estela y Julia ceba cada uua un mate, de la — 36 — ■ Julia Estela Julia Estela Julia Estela Julia Estela Julia Estela siguiente forma: coge cada una en la mano izquierda la calabacita (mate o porongo), con la derecha una cucharilla y figura que con esta cucharilla echan en la calabacita: primero la hierba mate que hay en el tarr $ de cristal, después azúcar y por último agua de la ca¬ fetera (pava); introducen la bombilla en la calabacita y se separan de la mesa, dirigiéndose Julia al Conde y Estela al Principe. La «Mucama» retira la mesa.) I De esta riquísima hierba que viene del Paraguay, el mejor mate de todos los que en América hay, se echa un poquito al porongo, señor, que de esta forma y tamaño ha de ser, con su bombilla de plata, poi la que se ha de sorber, así, así, con la gracia que usted puede ver. Agua que hierbe en la pava hay que añadirle después, y el que es un poco goloso le echa azuquitar también. Y correndito se debe tomar para gozar de su grato sabor. Tómelo, cbé, mi amigo, * que no hay cosa alguna que sepa mejor. Es bebida más bu^na que el té. Es su aroma un aroma especial. Quien lo prueba desprecia el café, pues le juro yo a usted que no tiene rival. Es muy sabroso, es delicioso: hace soñar y hace gozar dulce reposo. Ande, mi amigo, beba conmigo. Presta vigor y del dolor es enemigo. Julia Estela Julia Estela Julia Julia Estela Julia Estela Julia Estela Julia Las dos Julia — 36 — Yo desde niña lo sé cebar. Yo no podía pasar sin él. Hace a los almas vivir y amar. No hay otra cosa tan sabrosa tan gustosa. Si lo llega usted a probar le ha de gustar. II Para tomar un buen mate en la Argentina hay que estar, que son las niñas porteñas las que lo saben cebar. Y entre sorbito y sorbito, señor, es un placer que no tiene rival ver a las hijas del Plata un dulce tango bailar, así, así, derramando montones de sal. Tiene esia danza un encanto que no es posible decir y no la baila en su vida quien no la sabe sentir. Aunque a mi gusto jamás la bailé, loca me vuelve su grato compás. Fíjele, che, mi amigo; que habrá de alegrarse de verlo no más. Hay aquí quien lo sabe muy bien. En la pampa io marcan mejor. Con envidia los viejos lo ven, pues se acuerdan también de la edad del amor. (Bailando.) Mire, amigaso, mire este paso, para saber lo que ha de hacer si llega el caso. Siga usté atento sólo un momento, que a no dudar, le ha de agradar el movimiento. Pero si acaso no les gusto. .* Estela Julia Las dos Conde Prín. Julia Conde Estela Prín. Carb. Julia Carb. Sam. Carb. Luis Carb. Sam. Carb. Luis t Julia Estela Luis Carb. No armen bochinche, por caridá. Y si es que alguno se abatató... Siga mirando, y observando y estudiando que mirándonos bailar, se ha de avispar. Hablado - lo sono encantatto. ¡Well, very well! Conque, ¿qué le ha parecido a usted el mate? (Al Conde.) Molto bueno. ¿Y a usted, Príncipe, le ha gustado? Yes, mocho; pero gustarme más la movi- mienta. ¿E desde cuándo está indispuesto o tenor? (* Julia.) Verán ustedes. Anoche, cuando mi hermano y yo regresábamos de su hotel de usted (a samaniego.) ai nuestro, por la puertecilla que pone en comunicación ios dos jardines, sen¬ timos raido en el pabellón que ocupa el te¬ nor, nos acercamos a la puerta, a fin de en¬ terarnos de lo que pudiera ocurrirle, le oimos toser varias veces y esta mañana he¬ mos hecho avisar a los dos mejores laringó¬ logos de Buenos Aires, por lo que pudiera pasar. ¡Ah, meu DeusI ¿Qué le pasa a usted? ¡Nos quedamos sem tenor! ¿Por qué? Em cuanto os laringólogos tocan a garganta dos artistas, perdeuse a voz para sempre! Eso es una tontería. ¡Sim, tontería, siml ¡Adeu Peruxo! No hay motivos para alarmarse tanto: el tenor tiene una naturaleza muy fuerte. Y en medio año que está entre nosotros esta es su primera indisp jsición. No debía haber cantado en público tan pronto. No está mal que hayamos probado en un concierto lo que da de sí. E que sigamos probando. 38 Estela lulia Sam. Carb. Conde Estela Prin. Martín Sam. Martín Carb. Sam. Martín Sam. Martín Sam. Martín Luis Martín Sam. Martín Sam Martín Carb. Martín Sam. Martín Sam. Martín ESCENA II DICHOS y MARTÍN (Al ver que se abre la puerta de la derecha.) Ya sale Peruxo. No, es Martín, el ayuda de cámara del te¬ nor. ¿Qué, hay Martín? j ¿Está ronco Peruxo? / (Todos a un tiempo.) ¿Cómo va il tenore? I ¿Podrá cantar esta noche? ¿Why do yout not answer. (Uái du yu nót ánser.) Señores, yo no puedo contestar a todos a un tiempo. Pues respóndame a mí solo. ¿Qué opinaron los doctores? Cada uno una cosa distinta. O de sempre. ¿Y a usted qué le parece? Yo estoy con el gran Gayarre. Porque los señores sabrán que yo fui compañero y * amigo del gran Gayarre. Por eso le hemos puesto a usted al servicia del tenor. ¡Cómo varían los tiempos! ¿Y qué decía el gran Gayarre? Jamás consultó a un médico. Pues, ¿cómo se curaba las enfermedades? No estuvo enfermo nunca. Acabáramos. Para mí lo que tiene el señor Peruxo es que' no respira como se debe. Pues lo que es por falta de pulmones... Para cantar bien, lo de menos son los pul¬ mones. ¿Sim? , - Sí, señores. El gran Gayarre, me lo decía a todas horas: «el estómago es el alma del cantante.» ¿Y la garganta? La garganta se necesita para emitir la voz y el estómago para respirar. ¿Y los pulmones? Yo he cantado siempre con el estómago. — 39 — Carb. Luis Martín Luis Sam. Martín Julia Martin Carb. Luis Martín Carb. Luis Julia Sam. Prín. Conde Luis Carb. Luis Carb. Estela Julia Luis Carb. Estela Julia ¡Será vosié ventrílocuo! Bien, bien. ¿Y a qué salía usted ahora? Iba a la botica con estas recetas. Pues vaya en seguida. ¿Pero usted cree que el tenor podrá cantar esta noche? Yo creo que nunca ha estado tan bueno. Entonces, ¿por qué tosía tanto anoche? El que tose de noche, soy yo. ¡Peis que vean a vosa señoría os laringólo¬ gos! ¡Váyase, hombre, váyasel A la Orden de los señores. (Se va por izquierda.) ESCENA III DICHOS, menos MARTÍN ¿E para isto nos han alarmado vosas exce- lenzas? La tos era tan fuerte... Nuestra responsabilidad... Señores: ¿les parece a ustedes que veamos la liquidación social del mes pasado? Yes. Ecco. Vengan ustedes a mi despacho, que allí tengo las cuentas, ¿Hay que cobrar algo? Los dividendos no se entregan hasta fin de año, ¿sabe mi amigo? Pois entonces, aquí me quedo. Y yo con usted. Y yo. Vamos, pues, nosotros. (Se van por la izquierda el Príncipe, el Conde, Sarna- niego y Serrano.) ESCENA IV JULIA, ESTELA y CARBALLEIRA Supongo que vcsas señorías, nao faltarán esta noite a o concertó. Ya lo creo que no. ¿Qué, canta Pablo esta noche? — 40 — Carb. Estela Carb. Estela Julia Estela Julia Carb. Julia Carb. Estela Carb. Estela Carb. Julia Carb. Estela Carb. J^lia Carb. Estela Carb. Julia Estela Carb. Estela Julia Carb. Carb. Cangoes clásicas e trozos d’ opera. ¿Y por qué no, cosas populares? ¡A música popular e moito ordinaria para un cantante de primo cartello! Pues yo confieso que me gusta más cantan¬ do jotas que romanzas. A mí me gusta de todas maneras. Estamos en ello. ¡Estela!... E vosas señorías tamben le gustan a él. ¡Señor Carballeira!... Sempre que fallo con o tenor tenemos una larga convereagao sobre as meninas. ¿Cómo dice usted? Sobre as chicas jóvenes. Lo natural. Mais eu, procuro desviar a conversagao, por¬ que as meninas son a perdición dos teno¬ res. Y diga usted, señor Carballeira, llegará Pablo a ser un artista célebre? ¡Celebérrimo! Eu que he sido cantante, sé apreciar lo moito que vale. También ha sido usted tenor de ópera? Artista de varietés. ¿Y qué cantaba usted? Cangoes de mi país. Dicen que las hay muy bonitas. Aos fados, sobre toudo. Sí, sí: yo he oído hablar muy bien de los fados portugueses. Háganos usté conocer alguno. Tenho a garganta estropeadísima. Eso es pecata minuta. Vamos, sea usted complaciente. Pois háganme coro vosas señorías. Música I No meio d’aquelle mar ¡Entao! Stá una pedra redonda... ¡Entau, es o meu amor! Onde ou meu amor se assenta, quando vae tomar a onda. (Carballeira baila.) — 41 Carb. Julia Estela Carb. Julia Estel a Carb. Julia Estela Julia Estela Carb. Julia Estela Carb. Julia Estela Carb. Julia Estela Carb. Julia Estela Los tres Estela Carb. Julia Carb. Estela Carb. Julia II No meio d’aquelle mar. í ¡Entao! Stá una pedra dourada... í ¡Entao, es o meu amor! Nao e pedra e a barquinha. | Onde vem a minha amada. (Bailan los tres.) III i No meio d’aquelle mar... ¡Entao! ( Ven navegando o vapor. / ¡Entao! j ¡Es o meu amor! ¡Entao! | ¡Es o meu amor! ¡Entao! j Vem navegando o vapor. Alégrate coragao. ¡Entao! Que vaes ver o teu amor. ¡Entao es o meu amor! ¡Alégrate coragao! Entao, que vaes ver o teu amor. (Bailan los tres.) Hablado Pu9S aún podía usted contratarse para un teatro de su país. Nao puedo volver a Portugal. ¿Por qué? ¡Sou carbonario! ¿Cómo? ¡Home feroche! ¡Ah, vamos, revolucionario! — 42 — Sam. Estela Sam. Julia Carb. Estela Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia ESCENA V DICHOS y SAMANIEGO, por la izquierda Estela, a casa. Vamos allá. Adiós, Julia. Adiós. Eu vou o teatro e tornaré por Peruxo. (se va por la izquierda.) Volveré por ti, para ir juntos al concierto. Como quieras. (Estela y Samaniego se van por el foro y se les ve cru¬ zar el jardín y marcharse por la puertecilla de comu¬ nicación entre los dos hoteles.) ESCENA VI JULIA y EL CONDE, por la izquierda Gracias a Dio que estamos soli. ¿Tenía usted algo que decirme, Conde? Che cada giorno stó piú enamorato de leL No se onoce. ¿Per ché? Porque los verdaderos enamorados piden en seguida la mano de sus adoradas. Non so digno de lei. ¿Cómo es eso? ¡E tan picolo il capitale que me resta!... ¿De veras? Stó arruinatto! Qué lástima. • ¡Oh, sí! Qué lástima non poder ofrecer a tan bella ragaza centos de millones. No tanto. Ma la mía carrera e brillante. Sono Conde: e si lei dispreciara il dinero come io... No es que yo sea ambicioso, pero... ¡Oh, qué bellísima testa por obstentare la corona Condale de los míos avolos! Adulador. Lástima que esté empeñatta. Si yo fuese una rica heredera como la ssño rita de Samaniego... — 43 Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Julia Conde Pablo Julia Conde E lei molto piú bella. Sin embargo, la belleza en estos tiempos está muy por debajo del dinero. Usted, con su carrera, con su título, puede aspirar a una unión ventajosa. Mi dote no es todo lo brillante que yo deseara, lo l’assiguro... No bastaría ni para desempeñar la corona de sus antepasados. ¿Volete lei que parle con il suo fratello? Porque no... Ah, SOno fetiche! (Le coge una mano y se la besa ) Quieto, Conde. |SonO fetiche ! (La besa repetidas veces.) Que se entusiasma usted demasiado. ¡Sono fetiche! ESCENA VII DICHOS y PABLO, por la derecha ¡Buen probechico! ¡Ah, Pablo!) (Per Dio santo! Sin dote. E la tercera volta que io fato i’stessa plancha en la República Argentina.) Adió Julia, arribederla. (se va por la izquierda.) ESCENA VIII JULIA y PABLO Julia ¿Conque afortunadamente malo? Pablo Acaso le intereso yo a usted. Julia Mucho. Pablo ¡Mentira! Julia ¡Pablo! Pablo Falsa. . Música Julia Expliqúese pronto. ¿Yo falsa? ¿Por qué? Pablo Paisa y más que falsa es toda mujer no está usted 4 44 r Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia que engaña a dos hombres, y usté engaña a tres, tíe ha vuelto usted loco. ¿Yo a tres? A tres, sí. Al príncipe tonto, al Conde y a mí. ¡Ja, ja, jal Loco está. ¿Loco yo? ¡No es verdá! Entonces, está celoso. Celoso sí, no lo niego, y no responde de nada el que le ciegan los celos. Veo en peligro mi vida. ¡Oh, qué magnífico Otelol ¡Ahogúeme usté con sus brazos, que yo esa muerte deseo! ¡Ja, ja, ja! Loco está. ¿Loco yo? ¡No es verdá! (Cogiendo bruscamente a Julia de un brazo.) Ven, mujer, y escucha, y no temas nada; mas para escucharme mírame a la cara. Yo por ti tan solo soy ave enjaulada; perro a quien adiestran; fiera a quien amansan. Amo yo mi cárcel porque tú la guardas, porque mil promesas leo en tus miradas; mas si me cercioro de que lú me engañas yo seré la fiera desencadenada. ¡Pablo, no te exaltesl Yo no me dejo engañar. ¿Quién tal piensa? ¡Yo a nadie engaño: eso es una ofensal Leo en vuestros ojos... No lea nada, por Dios. — 46 — Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia 'Mucho dicen. Juro que no. (Con gran coquetería.) Y aunque eso fuera, no creerlos es mejor. (Cogiendo violentamente a Julia por la muñeca.) |Te burlas de mi amorl Es usted un niño mal educado. ¡.Julia! Más lejos. Me ha hecho usted daño. Sí que estoy loco. ¡Ya, ya lo sé! Di que me quieres. No lo diré. (Se sienta al piauo fingiendo desdén y figura tocir un número de música que tararea, mientras él canta lo que sigue, acercándose poco a poco al piano.) Como con un niño juegas con mi alma. ¿Por qué amores, dime, mienten tus miradas? No me martirices, de una vez acaba: ve que estoy dudando, y la duda mata. , Cerraré los ojos para que no hablen. No, por Dios, que en ellos quiero yo mirarme. (Se levanta y va al centro de la escena.) Me ha ofendido mucho; pídame perdón. ¡Julia!... De rodillas. De rodillas no. Si no es de rodillas no besa mi mano. El perro sumiso se humilla ante el amo. (Se arrodilla y coge a Jutia la mano derecha para be¬ sársela ) Esa es la que el Conde antes me besó. Entonces... Entonces, besa tú las dos. . — 46 — Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Pablo Julia Luis Julia Luis (Pablo besa frenéticamente las manos de Julia.) ¡Batía, Pablo, basta! (Abrazando a Julia.) ¡A mis brazos, mujer adorada! ¡Quieto, quieto, que pueden llegar! Dame el sí que mi amor te demanda. Con el tiempo lograrlo podrás. ¡Dime que es para !mí solamente tu amor ¡Que se acercan aquí, déjame, por favor! (Hablado con música en la orquesta.) ¡Yete! No, sin que me digas antes que me quieres a mí solo. ¡Vete, que vienen! ¿Me quieies a mí solo? ¡Te quiero! ¿A mí solo? ¡A ti solo! ¡Ah! (Besa a Julia.) ¡Ahora sí, ahora sí me voy! (Echa a correr, pero vuelve a mirar a Julia e intenta acercarse a ella, que le ruega con el ademán que la deje. Por fin se va y queda sola en escena Julia.) ¡Ay, qué loco está por mí! Es fiero como un león. ¡Qué miedo el que yo sentí! ¡Oh, qué intensa emoción! ¡A mis pies yo le vi! ¡Me rogó, me besó, se humilló! ¡Un momento le amé! ¡Ah! ¡Sueño todo fué! (Saca deí bolsillo una polverita con espejo, se mira en éste, se compone el peinado, se da polvos con la borla, guarda la polvera y se sienta.) ESCENA IX JULIA y LUIS SERRANO: luego, MARTÍN Hablado (Por la izquierda.) ¡Julia! ¿Qué? ¿Te ha pedido el Conde mi mano? No; me ha dicho que se sentía enfermo y ha quedado en volver mañana. — 47 Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia Luis Julia IVIartín Luis Martín Julia Martín Luis Martín Pablo Martín Claro, en cuanto se enteró que no tenía plata. Esos nobles europeos no vienen a América más que a caza de dotes. Pues ese se vuelve como vino. Quién sabe. Me he asomado discretamente al balcón cuando salía y le he vi^to entrar en casa de Samaniego. Estela sí que es rica. Máa que ella podías serlo tú, si no fueras sonsa. ¿Acaso el príncipe?... Ofrece dotarte en un millón de pesos. Pero casarme con un imbécil... Déjate de pavadas, che. El dinero es hoy día la felicidad. ¿Y qué le has respondido al príncipe? Que trataría de convencerte. ¿Quieres que hagamos números un momento? Bueno. (Van a salir y tropiezan con Martín.) ¡Perdonen los señores! ¿Qué trae usted ahí? Los medicamentos recetados por los larin¬ gólogos. Tómeselos usted. ¿Yo? ¡Y así no volverá usted a engañarnos! (se van por la izquierda.) ESCENA X MARTÍN, luego PABLO ¡Bueno! Por fin termina hoy mi esclavitud. Después de año y medio sin contrata, debu¬ to esta noche. Y con la romanza de Lohen - gririj mi obra favorita. Y qué bárbaro es el empresario: dice que no quiere más españo¬ les y he tenido que fingirme italiano para que me contraten. Grasie que io sono stato comprimario d’opera, he mangiato molti maccarroni e parlo come un papagallo la lingua di Dante. ¿Como staró di gola? ¡Fa- chiamo la proba! (canta.) (por ia derecha.) ¿A quién desuellan por ahí? ¡Ah, señor Peruxo! Yo le hacía a usted con el profesor de canto. — 48 - Pablo Martín Pablo Martín Pablo Martín Pablo Martín Pablo Martín Pablo Martín Pablo Martín Pablo Mariín Pablo Martín Pablo Martín ¿Está esperándome? Hace más de media hora. Pues que espere otra media. Es que para entonces llegará el profesor de baile. Mejor, así podrán jugar los dos a la brisca. > ¿Es que no quiere usted dar hoy sus lec¬ ciones? Me declaro en huelga. Jamás hizo eso el gran Gayarre. ¿Su amigo y compañero? Justo. Y a propósito del gran Gayarre: es un deber en mí, señor Peruxo, manifestar a usted que no se preocupa como debiera de la respiración. ¿Otra vez? El gran Gayarre, a cuyo lado pasé seis años... Parece mentira. ¿El qué? ¡Que tuviera tanta paciencia el gran Gaya¬ rre! Está bien; no volveré a molestarle con mis desinteresados consejos. Y ahora voy a sus habitaciones a llevarle estos gargarismos que recetaron para usted los doctores. Hágalos usted en nombre mío. ¿Yo?... Sí, hombre, sí, y déjeme usted en paz. ¡Vaya, que no voy a tener más remedio que irme a hacer gárgaras! (se va por la derecha.) ESCENA XI PABLO y CARBALLEIRA por la izquierda Carb. Pablo üarb. Pablo Carb. Pablo Carb. ¡Ah, o gran Peruxo! ¿Ya buono da indispo- sigao? Bien, gracias. Venbo do Teatro: vendidas tontas as cadei- ras para o concertó. Me alegro mucho. Qué gran negosio faríamos entre os dos si vosa señoría siguiese as minhas indicagaos. No comprendo. Que postos de acordo vosa señoría e eu, po- — 49 / Pablo Carb. Pablo Carb. Pablo Carb. Pablo Carb. Pablo Carb. Pablo Carb. Pablo Carb. Pablo Estela Pablo Estela Pablo demos desfacer o contrato de vosa señoría con estos explotadores • ¡Señor Carballeiral E Acarnos solos vosa señoría e eu, que sou o único que entende o negosio. ¿Pero no me están educando? Eu coidaría mellcr de su edugao, e ao cabo de cinco años faríame muito rico. ¿Y yo? Homem ja quedaría algo para vosa señoría: mais para isto ha que facer una comedia. ¿Cómo? Fingiéndose vosa señoría ronco e dicendo que nao puede cantar mais. ¿Y eso para qué? Para que os tenedores das acciones tenhan miedo as vendan a pouco precio, e las com¬ pre eu. Yo no hago eso; yo soy un hombre honrado. ¿E qué tem que ver a honradez con o nego¬ sio? ¡Bueno, hombre, bueno, déjeme usted en paz! (Furioso.) (E muito burro. ¡Tenor ao fim!) Adeu. (se va por la izquierda.) Vaya usted con Dios. (8e pasea muy agitado y al fin se sienta.) ¿Será verdad que tratan de ex¬ plotarme entre todos? No, entre todos no, Julia es incapaz de semejante engaño. ESCENA XII PABLO y ESTELA Música (pablo estará sentado a la derecha y espalda al foro; al iniciarse la música, Estela sale de su hotel, ve a Pablo; atraviesa el jardín y se dirige de puntillas hacia aquél, a quien tapa los ojos con sus manos.) ¡Cu, cú! ¡Cu, cúl ¿Quién me tapa los ojos? Adivínalo tú. (Fingiendo la voz.) ¡Cu, CÚ! (Cogiendo las manos de ella.) Por lo chicas y suaves, 60 - Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo de mujer las manos son. , ¡Sé quién eres, sé quién eres: me lo dice el corazón! Di mi nombre. ¡Julia! (Quitando las manos ) [Tonto! ¡Soy Estela! (Presentándose a él.) (Me colé.) Más bonitas que las de ella son mis manos, vea usted. Sí son lindas. (Poniéndolas casi en su cara.) Apreciarlas puede en todo su valor. Ya las veo. (Y no las besa. Es imbécil el tenor.) (Se separa de él y se sienta en una silla al otro lado del escenario (izquierda.) ¿Qué cuenta usted de nuevo? Que estoy desesperado, (se pasea.) Me tasan la bebida, me privan del tabaco. Yo tengo cigarrillos. ¿De veras? Sí, señor. ¡Pues venga! (Estela saca del bolsillo una petaquita de plata y de ella un cigarrillo.) Sólo hay uno, y este e3 para los dos. ¿Usted fuma también? ¡Ya lo creo que sil Pues enciéndalo ya. Pues acérquese a mí. (Pablo se sienta en una silla al lado de Estela, que saca un encendedor mecánico y enciende el pitillo ) (¡Ay, qué cara tan graciosa y qué modo de encender! ¡Con mujeres como esta, nadie santo puede ser.) (Estela fuma a compás y se levanta. Juego escénico en que Pablo la persigue y ella le esquiva, fumando y bailando. ) — 51 Estela ¡Qué superior es este cigarrillo! Pablo Haga el favor de dármelo a probar. Estela ¡Ay, no, señor, no sea usted tan pillo! Con el olor se debe conformar. Pablo ¡No puedo más: fumar también yo quiero! Estela Hágase atrás, pues aún no es ocasión. Pablo Sois muy cruel y ya me desespero. . Estela Venga por él, no sea usted simplón. (Se refugia tras el piano ) Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Usted dijo, amiga mía, que yo también fumaría. Lo ofrecido cumpliré. La colilla para usté. ¡Eso no! ¡Eso sí! ¡Eso no! Una vez fuma usted y otra yo. (Pablo la persigue y ella corre al otro lado del esce¬ nario.) ¡Ja, ja, ja! Y qué risa me dió. ¡Ay, qué rico, qué bien sabe, qué tabaco tan suave! (Peblo se sienta a la derecha y ella, a la vez que canta, juguetea a su alrededor y le echa el humo.) ¡Hoy es gloria para mí! Que este dulce mareo que siento, jamas lo sentí. (/>1 volver el motivo musical en la orquesta, ella, bai¬ lando siempre, va al otro lado del escenario, él se le¬ vanta y en mímica le pide que le deje fumar; ella, tam bién en mímica, le dice que no.) Suéltelo ya de su boca, que esta vez a mí me toca. Por mi parte, terminé la colilla para usté. — 62 — Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela ¡Eso no! ¡Eso sí! ¡Eso no! Una vez fuma usted y otra yo. ¡Mire usted qué poquito quedó! (juntos, y a compás van marcando el baile y fumando una vez ella y otra él.) ¡Ay, qué rico, qué bien sabe, qué tabaco tan suave! ¡Me entusiasma cuando fumo verme envuelta por el humo! ÍA compás, y sin dejar de fumar, retroceden, cara al público, hasta sentarse él en ana silla y ella en la pierna derecha de 61. En el último compás, Pablo quiere darla un beso en la cara, pero ella se levanta, se separa corriendo de él, tira el cigarro y suelta una carcajada, haciendo burla a Pablo con la mano dere¬ cha. ) Hablado ¿Ve usted cómo no soy una niña tonta? Nunca he dicho yo eso. ¿Y cómo le aprecio a usted más que a nadie? Se agradece. Y usted debía corresponderme. Y lo hago Sí, sí; usted a quien quiere de veras es a Julia. Y a todos mis bienhechores. ¡Ja, ja! Bienhechores. Valiente colección de pillos, salvo mi papá. ¡Señorita! Todos le deben dinero a mi papá. Y lo que él dice: ¡si yo lo sé, hago solo el negocio del tenor! ¿Negocio? Vamos, usted creía que le estaban haciendo un favor. Justo, un favor que- yo recompensaría más adelante Sí, sí; para favores están los tiempos. Según dicen, usted es una mina de oro y las minas cuestan dinero hasta que están en explota¬ ción, pero luego producen mucha plata. Si eso fuese cierto... ¿Quiere usted reirse de todos? 53 • Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo r Estela DICHOS, Sam. Pablo Estela Sam. Pablo Sam. Pablo Sam. Carb. Sam. Julia Conde Sam. ¿Cómo? Yéndose a estudiar a Italia. ¿Y el dinero? Yo tengo todo el que nos haga falta para la excursión. ¿Pero iba usted a venir conmigo? ¡Pero si usted no conoce él italiano, alma de Dios! ¿Y qué haría su papá de usted? Casarnos a la vuelta. Ahí viene su papá. Sí, con mi prometido. ¿El Conde su prometido de usted? Sí, papá me compra una corona condal; es la moda ¿Y quería usted escaparse con otro antes de casarse? Más vale antes que después. ESCENA XIII SAMANIEGO, EL CONDE; a poco JULIa, LUIS SERRANO y CARBALLEIRA Querido tenor: Yo creí que estaría usted preparándose para el concierto, (sale por el foro, con el Conde.) Aún faltan dos horas. Encontré aquí a Pablo y estaba aconseján¬ dole que se fuese a estudiar a Italia, como decía papá anoche. Eso, a Italia, a estudiar, y a la vuelta, que ya serán mías todas las acciones, usted a hacerse célebre y yo a ganar dinero. ¡Todos se quieren quedar solos! ¿Cómo todos? Hace un momento el señor Carballeira... ¡El señor Carballeira es un imbécil! (Entrando.) ¿Eb, quién falaba de min? (Carballeira, Julia y luis salen a escena por la iz¬ quierda.) El tenor, que me decía que acababa usted de llegar. Calle, ¿usted aquí? (ai conde.) ¿Pues no se había usted indispuesto? No, fuá miente. Venimos de casa. Me acompaña para que — 64 — Julia Pablo Estela Julia Luis Sam. Pablo Julia Pablo Carb. Sam. Luis Estela Carb. Julia Carb. Sam. Carb. Sam. Julia Estela Carb. Sam. Pablo Todos Pablo Carb. Pablo Carb. Sam. Luis Sam. Pablo Carb. sepan ustedes a un tiempo el acontecimien¬ to que se avecina. Me lo figuro. Conde, mi enhorabuena por haber encontrado cabeza digna de colocar en ella la corona de vuestros antepasados. (Parece que le duele.) ¿Y tú, cuándo te casas? Ya veremos. Si ella quisiera... A ver, a ver quién es el agraciado... (¿Qué dicen...?) Pero, señores; no vale la pena de que se ocupen ustedes de mí estando presente quien nos interesa más a todos. ¿Qué tal de voz, Pabio? l)e voz, bien. |Ah, una idea! ¿Non les parece a vosas exce- lengas, que se abriera un abono para outros tres conciertos mais? De ninguna mayera. Digo lo mismo; el tenor debe seguir estu¬ diando. En Italia. ¿En Italia? ¿Y por qué no aquí? Só el director artístico e non consento que o tenor vaya a Italia. / Y yo soy el gerente de la Sociedad y digo que irá. No irá. Sí, irá. No dehe ir. Sí debe ir. ¡Naol ¡Sí! ¿Pero vo no soy nadie? (En un arranque de ira.) ¿Eh? (Con gran extrañeia.) ¿Pero es que conmigo no se cuenta aquí para nada? Para cantar. ¡Pues que cante Rita! ¿E quién es Rita? Pero amigo Peruxo... ¿Pero querido Pablo...? No hay que dar esas voces. ¿Pues u>tedes no gritan? ¡Sim, pero nosotros nao que tenemos que cantar esta noitel 65 — Pablo Sam. Carb. Conde Julia Pablo Julia Pablo Julia Estela Julia Mucama Luis Mucama Pablo Luis Mucama Pablo Mucama Sam. Carb. Pablo Luis Sam. Pablo Carb. Pablo Carb. Sam. Pablo Luis Pablo Julia Pablo ¿Y si yo no quisiera? ¿Eh? ¿Cómo? ¿(Josa dice lei? Vamos, cálmese usted, querido Pablo. Nos¬ otros no queremos más que su bien. ¡Eso...! ¿Usted cree que yo puedo mentirle? Yo... No tiene usted derecho a dudar de mí. ¿Cantará usted esta noche, verdad, Pablito? ¿Y cómo no? ESCENA XIV DICHOS y una MUCAMA por la izquierda Señor, (a Serrano.) ¿Qué? Acaba de llegar un hombre que se empeña en ver al señor Peruxo. ¿A mi? Dile que el señor Peruxo no recibe. Ya se lo he dicho, pero insiste tanto... ¿Cómo se llama? Santiago Oliveira. (El gallego.) (O cafeteiro.) Que pase en seguida. De ningún modo. Ese hombre no debe entrar aquí. ¿Y por qué no? jPois porque nao! (Poniéndose delaute.) Pues SÍ pasará. (Rechazándole con fuerza.) ¡Qué bárbaro! Usted no debe seguir tratando gentuza. Esa gentuza es la que me daba de comer cuando yo me moría de hambre, (va hacia la puerta izquierda.) Pero reflexione usted. (Este y los demás hombres se interponen.) Fuera de ahí... O... (coge una silla para tirársela.) (a Pablo. ) Quieto, (a los demás.) ¿Pero por qué no ha de entrar ese hombre? Pablo tiene razón, las personas deben ser agradecidas. ¿Verdad que sí? - 56 — Julia (a la Mucama.) Dile que pase. Y nosotros, en¬ tretanto, al jardín. Yo también tengo que hablar con ustedes. Estela (Cómo lo maneja.) Julia ¡Vamos, señores! Conde Andiamo. Julia Hasta ahora, amigo Pablo. Pablo Hasta ahora, (se queda mirándola. Todos menos Pablo van al jardín y entran en el hotel de Sarna- • niego.) ESCENA XV PABLO y SANTIAGO por la izquierda Saní. ¿Hay permiso? Pabio ¡Señor Santiago! (Corriendo a abrazarle.) ¡Qué contento estoy de verle! Sant. Y yo de verte a... digo, de verle a ustez. Pablo Hábleme de tú, yo soy el de siempre para mis amigos. Sant. ¡Ya me lo decía la mía mullerl Pablo ¿ Y cómo está la señora Manuela? bant. De saluz bien. Pablo ¿Y... los otros? Sant. Todos se han marchado. Pablo ¿También la Trini? Sant. Aún non; oero non voy a tener mais reme- dio que despacharle tamen. Pablo ¿Cómo es eso? Sant. i Ay! (Suspiro graude.) Pablo ¿Qué hay, señor Santiago? Sant. ¿Qué le voy a contar a ustez? Pablo ¡Que me hable de tú he dicho! Y siéntese. Sant. Gracias. Pues desde que tú te fuiste, todo se foé. Pablo ¿De veras? Sant. Seis meses pagando a la gente y la parro¬ quia sin volver. Pablo ¿Por qué no llevó usted otro tenor? Sant. Tres he llevado y a cual piores. Non voy a tener mais remedio que traspasar el café. Pablo Cuánto lo siento. Sant. En cambio, tú, hecho un gran artista. ¡Cómo nos hemos alegrado todos! Pabio ¿La Trini también? 67 — Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Fant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Sant. Pablo Ella mais que todos. El otro día choraba de emoción leendo los periódicos. (Queriendo cambiar de conversación.) ¿Y qué le trae a usted por aquí? Pues... pues verás; yo... yo non quería venir. Pero la muller, ya tú la conoces, me dijo... vé á ver a... Pe... ¿cómo te llamas agora? Peruxo, Bueno. Pues me dijo... vé a ver a Peruxo y dile... ¡Vamos, que teño un ñudo en la gar¬ ganta! Hable usted sin miedo. Pues nada; una letra que mos vence hoy y mos faltan cincuenta pesos para recogerla. ¿Y acude usted a mí? Manoela se empeñó... ¡Pero si yo no tengo un centavo! ¿Cómo? ¿Un conde, un tenor célebre y sin dinero? Estos... sinvergüenzas, para que no pueda escaparme, para tenerme siempre cogido, no me dan un centavo. ¡Pero yo debo ayu¬ darle a usted! ¡Yo quiero ayudarle! ¿Y cómo? No sé... pero .. ¡Ah, sí! Tome usted. (Dándole el reloj.) ¡Non, eso non! Esto sí, y la cadena también. Me lo compra¬ ron el día de mi santo y es mío y yo quiero dárselo a Usted. ¡Pablo, Pabliño, yo!... Usted se lleva eso y lo empeña o lo vende y paga la letra y le da usted recuerdos a la señora Manuela y a la Trini, y... y no la despida usted, ¿eh? Non sé cómo expresarte... Y se va usted corriendo y pronto tendrá us¬ ted noticias mías. ¡Gracias, gracias! No hay de qué darlas. ¡Oh, Pablo, Pablo queridiño! ¡San Xoan e la Vierxe de Pastoriza, falanque teus olios non teñan nunca penas que chorar! ¡Deixame, rapaz, deixame che bese tua mano generosa! ¡Bendito, bendito seas! (se va por ]& izquierda ) ¡Vaya usted con DiosI — 68 ESCENA XVI PABLO, ESTELA y JULIA, por el (oro Estela Pablo Julia Pablo Estela i Julia Pablo Estela Julia Estela Pablo Julia Pablo Estela Pablo Estela Pablo Estela Pablo Julia Pablo Estela Julia Pablo Estela Julia Estela Carb. Julia ¿Se fué ya el amigo? Se fué. Pues ahora a prepararse para el concierto. Voy allá. ¡Ahí No se vaya usted sin saber una gran noticia. (¡Calla!) Diga usted. Pues ha de saber usted que nuestra querida Julia... Déjalo para luego; Pablo tiene aún que to¬ mar un tente en pie y vestirse; es tarde. Como tú quieras. Bueno, pues luego se lo diremos a usted. Luego, no; ahora. Si es una noticia sin importancia. Pues no voy a vestirme hasta que me lo diga. En ese caso... Pues que nuestra querida Julia también se casa. ¡Que se casa? ¡Que Julia se casa? Sí. ¿Con quién? ¡Va a ser Princesal ¿Con ese.,, tipo? ¡Señorita Julia...! Qué, ¿no le parece a usted bien? Me parece que... ¡Queden ustedes con Dios! ¿Va usted a vestirse, Pablo? ¿Para ir al concierto, verdad? ¡Queden ustedes con Dios, he dicho! (se va por la derecha ) ESCENA XVII JULIA, ESTELA y CARBA LLEIRA por el foro Qué impresión le ha hecho la noticia. No comprendo por qué. (Anda, rabia.) ¿Yo tenor? En sus habitaciones. — 59 — Carb. Julia Estela Julia Estela Carb. Carb. Martín Carb. Martín Carb. Martín Carb. Martín Carb. Martin Carb. Martín Carb. Martín Carb. Martín Carb. Pablo Carb. Pablo Pois vayan a comer, que eu le espero para acompañarle o teatro. Hasta luego. (Medio mutis izquierda.) Pero Julia, ¿no recuerdas que los Jueves nos reunimos a comer en mi casa? Verdad; ¡qué cabeza tengol Vamos, pues, a tu casa. Hasta luego, Carballeira. AdeU. (Vaase Julia y Estela por el foro.) ESCENA XVIII CARBALLEIRA, MARTIN y PABLO Estas raparigas traen moito trastornado a Peruxo, e van a ser causa de que o perda¬ mos para sempre. Menos mal que entre tan¬ to o teatro se llena, e vamos viviendo. [Ay! (Dentro.) ¿Eii? (Dentro.) [Señor Serrano, señorita Julia! ¿Qué pasa en o cuarto do tenor? (Saliendo.) ¡Socorro, SOCOrro! (Por la derecha.) ¿Qué le ocurre a Peruxo? ¡Peruxo es un animal! ¡Ved cómo me ha puesto este ojo! [[Dimoño!! Le di el frac para que se vistiera y me lo tiró a la cabeza; yo le argüí que eso no era de hombres y él me contestó... «pues esto sí es de hombres,» y me propinó un puñe¬ tazo horrible. ¡Ya, ya lo veo! Dice que no quiere cantar. ¿Que nao quiere cantar? Yo voy a avisar a los señores. En casa del doctor Samaniego están toudos. ¡Dios mío, aún no he debutado y ya me han hinchado un ojo! (Yéndose por el foro.) ¿Que nao quiere cantar ese sinvergoña? ¡Isso o veremos! (Saliendo con sombrero puesto y gabán al brazo. Ha oído las últimas palabras de Carballeira.) ¡No, no quiero cantar! ¿Y qué? Que vosa señoría teñe un contrato que cum¬ plir. ¿Y si no me diera la gana de cumplirlo? — 60 - Carb. ¡Acudiríamos a os tribunales de justicial Pablo Pues ya pueden ustedes acudir. Buenas no ches. (Yendo hacia la izquierda.) Carb. (interponiéndose.) ¡Nao, nao saldrá de aquí vosa señoría! Pablo ¿Y quién podrá impedirlo? Carb. ¡Eu! ¡¡Sou carbonariol! Pablo ¡Y yo herrero! Carb. ¡Atrás! Pablo ¡Paso o te deshago! Carb. ¡Nao se pasa! (Le amenaza con un revólver que saca del bolsillo,) Pablo ¡Ahora lo veremos! (Tira el abrigo y sombrero, y como una fiera le da una tanda de puñetazos a Carba- lleira que lo vuelve loco,) Carb. ¡Socorro, socorro! Pablo ¡Toma, canalla, miserable! Carb. ¡Socorro, socorrol ESCENA XIX DICHOS, JULIA, ESTELA, MARTIN, SaMANIEGO, SERRANO, PRINCIPE y CONDE Todos los personajes que van saliendo a escena, vienen del hotel de Samaniego y muy asustados Música Sam. Luis Prín. Conde Julia Estela Carb. ¿Qué sucede? ¿Qué sucede? ¿Qué tener el gran Peruxo? f'r * / ^ ¿Qué ha pasado, Carballeira? ¡Que o tenor e moito burro! Pablo Sam. Luis Julia De estar secuestrado cansado estoy ya. Ser libre deseo, dejadme pesar. Mirad que un contrato tenéis que cumplir. ¡Oh, Pablo, calmaos; hacedlo por mí! * Estela Ved que un tesoro es vuestra voz y que podéis enronqueecr. 61 — Carb. Pablo Julia Pablo Julia Sam. Luis Martín Carb. Pablo Sam. Luis Conde Prín. Pablo Toudo vendido teatro istá y hay o dinero que volver. Todos sois falsos para mí, solo explotarme es vuestro afán. Sois un ingrato hablando así y por doquier os lo dirán. ¡Ingrato a mí me llama! Pues bien, ingrato soy; ingrato y miserable, y aquí demás estoy. Desprecio la riqueza que en ella esta el dolor. ¡Reniego de la gloria, reniego del amor! ¡Pablo, estáis loco! ¡No hay más que oir! ¡Ay, ojo míol ¡Ay mi nariz! ¡Atrás, atrás todos; dejadme pasai! De estar secuestrado cansado estoy ya. ¡El ave enjaulada desea volar! El yunque al herrero llamándole está. ¡Por más que lo intentes de aquí no saldrás! (Pablo vacila un momento, luego saca el revólver que quitó a Carballeira y dice:) ¡Atrás, miserables; cobardes, atiási (Quedan: a la derecha y asustadísimos, Carballeira y Martín; en primer término derecha, Julia y Estela. Sa- maniego, Serrano, Príncipe y Conde que impiden a Pablo la salida por la puerta de la izquierda, se re¬ pliegan al foro, y Pablo, ya en la puerta referida, hace un gesto de desprecio, tira el revólver al suelo y se va. Telón rápido.) FIN DEL ACTO SEGUNDO ACTO TERCERO Interior de la planta baja del café de España en Buenos Aires. Puer¬ ta y ventanales al foro, que dan al muelle. A la izquierda, mos¬ trador en el centro, a la derecha del mostrador escalera de subida al salón de conciertos; a la izquierda de aquél puerta a las depen- cias. En el lado derecho de la decoración puerta mampara que dice, tertulia. Es de día. ESCENA PRIMERA SANTIAGO, MANUELA, FERNANDEZ, RAMIREZ y JIMENEZ Manuela detrás del mostrador y Fernández delante, hablando. Ramí- Tez y Jiménez sentados a la mesa primera de la derecha y Santiago de pie ante ellos Fern. Vengo corriendo de la Notaría para traerle a usted la letra que llevaron a protestar esta mañana. Man. Dios se lo pague, amigo Fernández. Y aquí tiene ustez los cien pesos y el importe del protesto y una propineja para ustez. Fern. Gracias señora; pero yo no necesito nada. Bástese que sea antiguo parroquiano de la casa para tener el gusto de servir a ustedes. Man. Pero un refresco non me lo despreciará ustez. Fern. Eso no. Man. Pues siéntese y tendré la satisfacción de ser¬ vírselo yo misma. (Se sienta Fernández en la mesa primera izquierda.) 64 — Sant. Ram. Sant. Jim. Sant. Ram. Jim. Sant. Ram. Sant. Man. Ram. Jim. Sant. Ram. Fern. Sani Fern. Sant. Jim. Ram. Sant. Man. Ram. Sant. Ram. Jim. Sant. Man. (A los déla otra mesa.) ¿De modo que USÍez mft trae el recibo de la casa? (a Ramírez.) Sí, señor. (a Jiménez.) ¿Y ustez la factura del azúcar? Eso mismo. Pues hagan ustedes de min lo que quieran, porque non puedo pagar nin al uno nin al otro. ¡Señor Oliveira! ¿Suspensión de pagos? De todos los pagos. Pues si tan mal le va en su negocio, ¿por qué tomó usted hace siete meses el salón del piso principal para espectáculos? Porque entonces me iba divinamente. Como que hace siete meses cantaba aquí Peruxo. Bueno, entonces non se llamaba Peruxo, pero daba mucho dinero. Sí, ya recuerdo... Che, mi amigo, ¿y por qué lo echaron us- tedes? Sí, sí; ¡echarlo! Mos lo quitaron un empre¬ sario portugués y unos señores que han for¬ mado una Sociedaz para explotarlo. ¡Ay, la esperanzal (Riéndose.) En la Notaría donde yo estoy de escribien¬ te se otorgaron la escritura de Sociedad y la de compromiso con el tenor. ¿De modo que non puede librarse de ellos? Si él quisiera, nada más fácil. Esa escritura es un papel mojado. Pero él es muy buenazo y una vez compro¬ metido... ¿Por qué no contrata usted nuevos números que atraigan al público? Otro tenor. Tres levo contratados y tres gritas espan tosas. En la matiné de hoy debuta el cuarto Lohengrin de plata. ¿Eh? Llámanle asín porque siempre sale a cantar vestido como el tenor en dicha ópera y bri¬ lla más que una merluza sin escamar. ¿De modo que no hay fondos? ¿Que no recoge usted las facturas? Un mes de espera nada mais. Nosotros confiamos en el debut de hoy. * Sant. Ram. Sant. Jim. Man. Sant. Ferrc. Jim. Man. Ram. Sant. Jim. Sant. Man. Sant. Man. Sant. Man. Fer. iim. Sant. Jim. Sant. Man. - 66 — Yo soy borne formal, honrado, emprende¬ dor. ¡Ayúdenmeusted es a salirde este bache! No se abatate. Vaya por el mes de espera. Hay que ayudar a la gente trabajadora. Pero, ¿eso es de veras? ¡Pues yo no soy menos que el amigo Ra¬ mírez! ¡Bendita sea la patrona de Buenos Aires! Jracias, señores, jracias. (Se oye gran ruido dentro.) ¿Eh? ¿Qué bochinche es ese? A ver, a ver. (Van todos por la puerta del foro.) ¡Cuánta gente hay en el muelle! Es que están desembarcando unos inmi¬ grantes españoles. ¿Españoles? (a un Mozo que ha salido a escena por la puerta derecha ) A ver tú: sube al Salón (Í6 conciertos y si ha llegado el gaitero que toma parte en la matiné, que baje a tocar a la tienda; toudo es propaganda. (fíl Mozo sube por la izquierda.) Van a invadir la casa sus paisanos de usted. Mejor, asín oirán los poberiños música de la térra y se beberán la sidra que me queda: ¡yo los convidol ¡Pero borne!... (Aparte a ella.) ¡Habían de embargármela!... Con un rebaño de esos llegamos nosotros. Y el tenor. ¡Ay, si viniera otro tenor entre éetosl ¡Es un espectáculo digno de veri ¡Cuánto gallegol Toudos non son gallegos. Españoles; quise decir. Comprendido. Ya está aquí el gaitero. (Baja el gaitero por la segunda izquierda y tras él el Camarero.) ESCENA II DICHOS, el GAITERO, el CAMARERO y después los INMIGRANTES Sant. (ai Gaitero.) A ver, rapaz, siéntate e tañe en a gaita airiños de no^tra térra, (ai Camarero.) Y tú sube todas las botellas de sidra que hay en la cueva. (El Gaitero se sienta, toca y el Cama¬ rero se va primera izquierda.) 6 — 66 — Música Sant. Man. Ram. Jim. Fern . Sant. Man. Uno Otro Uno Otro Sant. Uno Sant. Uno Otro Otro Todos Sant. Todos Ram. Todos (Hablado con música en la orquesta.) ¡Ay, Jalicia de mi alma! Oyendo esta música 3e ensancha el corazón. Ya se acercan algunos. Han oído la gaita. Miren ustedes qué cara de asombro ponen aquellos. Ya van llegando. ¡Poberiños! ¡Y qué caras traen! ¡Aquí es! ¡Si, aquí es donde tocan; en este café! ¡Café de España, dice la muestra! ¡Qué bien suena la gaita! Adelante, paisanos, adelante. ¿Hay que pagar algo? ¡Non; toudo es de balde paro vosotros! ¡Pues adentro! ¡Adentro, compañeros, que aquí convidan. (Van entrando hombres, mujeres y niños, con líos de ropa y maletas, hablando todos y llamándose unos a los otros. Cuando ya están dentro, para la gaita, lanza uno de ellos el Ataruxo, grito estridente de Galicia, y dice otro:) ¡Viva Galicia! ¡Viva! ¡Viva la República Argentina! ¡Viva! ¡Viva España! (Descubriéndose.) ¡Viva! (Todos se descubren al oir el viva a España.) Cantado Inmigrantes ¡Que Dios a todos guíe y nos dé su protección! ¡Madre España, madre España, yo te adoro y te bendigo, y a tu mágico recuerdo se estremece el pecho mío! ¡Madre Erpaña, madre España, no te olvidan estos hijos, que a razón de la distancia va agrandándose el cariño! — 67 — Inmigrante Todos Sant. Man. Uno Otro Me echaron de España mil calamidades; me hechó la impericia de sus gobernantas; me echó la rutina; me echó la incultura, el Fisco maldito y la negra usura. Allí ningún día mi pan encontraba. Trabajo pedía, trabajo no hallaba. Y en unos y en otros perdida la fe, llorando de pena mi patria dejé. ¡Ay, tierra española de mi corazón, cuándo será el día de tu redención! ¡Buenos Aires, Buenos Aires, noble tierra americana, a ti llega el emigrante de la vieja madre patria, llena el alma de recuerdos, lleno el pecho de esperanzas y fundiendo en una sola tu bandera y la de España! ¡Buenos Aires!, etc., etc. ¡Bendita la patria que allí me dejé, bendita la patria que encuentro hoy aquí! ¡La una y la otra, esté donde esté, pedazos del alma serán para mí! Hablado (Manuela, Santiago y lo» Mozos hablan, llenando mien¬ tra tanto vasos y copas de sidra, y al acabar la mú¬ sica se las ofrecen al Coro.) Valan bebiendo. Aquí también hay. Gracias. Muchas gracias. Otro Otro Otro Sant. Otro Otro Otro Otra Man. Otra Man. Sant. Otro Otra Otro Ram. Todos Sant. Todos (Desde la puerta dei foro.) Compañeros, que nos aguardan para llevarnos al Hotel de Emi. gración. Allá vamos. ¡Que salud que haiga! (a otro grupo.) Ustedes no han bebido aún. Se estima. Se agradece, (cogiendo ios vasos.) Que Se hace tarde. (Desde la puerta del foro. Conforme beben se van yendo poco a poco, quedando todos fuera del café, pero delante del telón, de modo que al dar Santiago el último viva ya estén todos fue¬ ra de escena y saluden con manos, gorras y pañuelos. En seguida se van todos por la izquierda.) Hasta otra. Hasta otra y bien venidos. Muchismas gracias, ¿eh? No hay de qué darlas. Que vuelvan ustedes por aquí. Sí; volveremos. Adiós, paisano, Adiós. ¡Viva España! ¡Vival ¡Viva la República Argentina! ¡Viva! ESCENA III SANTIAGO, MANUELA, FERNANDEZ. RAMIREZ, JIMENFZ, dos CAMAREROS, que se llevan vasos, cepas, etc., y a poco TRINI Fern. Jim. Man. Trini Sant. Trini Sant. ¡Qué contentos van! ¡Pobre gente! Daros prisita a quitar eso. (Por la escalera segunda izquierda.) Señor Direc¬ tor. ¿Qué hay? Que si desea usted oir al tenor nuevo, suba usted en seguida que va a salir ahora. Señores, ¿quieren ustedes ver el debut del Lohengrin de plata? (Manuela estará la mayor parte del tiempo detrás del mostrador despachando a los mozos, que después de llevarse los vasos, botellas, etcétera, de la sidra, pasa¬ rán de primera izquierda al mostrador con servicios, subiendo luego por segunda izquierda y volviendo a 63 — Ram. Sant. Jim. Ram. Sant. Ram. Man. Sant. bajar al cabo del rato con bandejas vacías o con ser¬ vicio para la cocina.) Vaya si queremos. Pues anden arriba. Vamos allá. ¿Usted no viene? Yo, la verdad, estoy tan escamado que non me atrevo; le oiré desde la escalera. Pues basta ahora. Dios quiera que guste. Palta hace, (se van por la seguuda izquierda Ramí¬ rez, Fernández y Jiménez.) Man. Trini Man. Trini Man. Trini Man . Sant . Man. Sant. Trini Sant. Trini Man. Sant. Man. Sant. Trini Sant. Man. Sant. ESCENA IV SANTIAGO, MANUELA y TRINI ¿No subes tu, Trini? No estoy yo pa músicas, señá Manolita. Claro; si fuera otro tenor el que cantara. Ni otro ni ninguno. ¡Marditos sean los te¬ nores! Este, al menos, no está en edad de trastor¬ nar a ninguna rapaza. ¡Si viera usted qué ridículo está con el traje que sacal ¿Se oye algo? Todavía non. Sin, ya oigo el piano, y el tim¬ bre para levantar el telón, (pausa.) Y un mur¬ mullo muy grande. La espectación. (Pausa ) Y otro murmullo más grande todavía. Eso es que ha salido a escena. Y risas. No lo dije. (Pausa.) ¿Ha empezado ya a cantar? Sin; pero casi non se le oye. Tendrá un miedo espantoso. Más que yo imposible. (Música dentro al piano. Se oye cantar a Martín con voz temblona y desafinada una pieza cualquiera de ópera; si puede ser la salida de Lohengrin, mejor. Lo que sea, con acompañamiento de piano y no cerca.) (Que está al pie de la escalerilla.) ¡Ya Se le oye! ¡Sí; pero más valía que non se le oyera! ¿Tan mal lo hace? Pior. (Pausa grande.) — 70 - Man. Trini ¿Qué va e ser de nosotras, Dios mío? I Adiós sueldo! (Los tres quedan como anonadados; sigue oyéndose cantar a Loheugrin de plata, cada vez peor y más des¬ afinado, y, por último, un pateo formidable. Santiago baja la escalerilla tapándose los oídos, y se sienta, sin hablar palabra, apoyando los codos sobre una mesa y la cabeza entre las manos. Manuela se limpia las lágri¬ mas. Trini no levanta la vista del suelo.) ESCENA V DICHOS, RAMIREZ, FERNANDEZ, JAIME y a poco LOHENGRIN DE PLATA (MARTIN) bajan por la segunda izquierda riéndose Jim. Fern. Ram. Jim. ¡Qué espanto! ¡Qué horror! Yo no he oído en mi vida nada más malo. ¿pero cómo ha contratado usted esa calami¬ dad? Ram. Sant. ¿Pero dónde tenía usted los oídos? ¿Es que se creen ustedes que los tenores se toman a cala, como los meiones? Martín (Baja un Camarero, que se queda junto al mostrador.) (Por la segunda izquierda.) Camariei’i, pórtate UD fiasco di vino. Ram. Sant. Trini (Aparte a santiago.) Mire usted qué facha. (No sé cómo no lo extrangulo.) (Parece una libra de chocolate recién salida Martín de la tienda.) ¡Ah, mió caro Directore! ¿Ha vedutto lei la ovacione? Sant. Fern . ¿Eh? (¡Ovación, y le han tirado hasta las cucha¬ rillas!) Sant. He visto que non ha gustado ustez al pú¬ blico. Martín Sant. Martín ¿Cómo dicbe? Que le han pateado a usted. ¡Intrigas! Mai el público verdadero ha aplau- dito molto. Sant. Martín Sant. Ram. ¡Pero si ha desafinado usted horriblemente! La paura, el orgasmo... ¡Qué paura ni qué narices! ¿Le parece a usted que renovemos estas le tras? — 71 — Sant, Man. Trini Man. Martín Trini Ahora mismo; vengan por aquí, (señalando a la derecha.) Tráete el tintero y la pluma, Ma- noela. Voy en seguida. (Santiago, Fernández, Ramírez y Jiménez entran en la primera derecha. A Trini.) Qué¬ date en el mostrador mientras vuelvo. Como usted mande. (¿Pero eso es un home o un espantapája¬ ros?) (Entra en la primera derecha, llevando el tinte¬ ro y la pluma.) Signorina, ¿e gia l'ore di mangiare? Dentro de un rato. ESCENA VI TRINI, LOHÉNGRIN, CARBADLEIRA, el CONDE y el PRINCIPE. Durante la escena, TRINI seguirá detrás del mostrador, y los CAMA¬ REROS pasarán con servicios llenos o vacíos desde la primera iz¬ quierda a la segunda izquierda, o viceversa Música Carb. Nao puedo más. Conde Non poso piu. Prín. Mi reventar. Los tres (Con el ailento.) ¡Ab, ah, ah, ah! Carb. Tudo Buenos Aires ■ himos recorrido trae ese pateta desaparecido. Con a lingua fuera vamos pela rúa e nao pareceu nin a sombra su a. ¡Ay de min que noite ai que sitúa gao! ¡Eu tenho una horrivel desespera gao! Conde Tutto Buenos Aires siamo recorritto tía ese frippone desaparecitto. Con a lingua fuora por la via andiamo — 72 — fá gia due ori, e non le trovamos. ¿Dove ese canaglia de tenore atá? ¡Che orribile notte che fatalitá! Prín. Mí decirme Julia que buscar tenoro mí ser complasiente pues quererla mocho y principe corre. ¡hala, hala, hala! y principe sube y principe baja, hasta decir eíla. «Principe thank-you (1) ¡Iti is admirable! (2; ¡Y am obliged to yon!» (3) Carb. ¡Eu me torcí-un pe al correrl ¡Moite dolor-tenho en o pe! ¡Unol ¡Dois! ¡Tres! ¡Me he quedao coxo por lo que se vel Conde Tanti danzar-non e per me! ¡Cuánto dolor-sento nel piel ¡Uno! ¡Due! ¡Tré! Sono estropeatto per lo que se ve! Prín. Mucho bajar-mocho subir mocho dolor-mi aquí sentir ¡One! (4) ¡Towol (5) ¡Three! (6} ¡Ser pata encogida lo que tiene mí! (1) Zenk-yú. (2) Itis admirebel. (•> Y am oblaicht tu-yú. (4) Uón. (6) Tú. (6) Zri. 73 - Carb. Conde Prín. Carb . Prín. Conde Oam. I.o Conde Carb. Prín. Cam. 1.° Carb. Prín. Conde Carb. Conde Carb. Martín Trini Prín. Conde Carb. Prin. Carb. Conde Carb. A un tiempo Nao puedo mis ¡Ah, ah, ahí (Con el aliento.) faltan me as forgas para respirar. ¡Ahí (con el aliento-) Non posso piu. ¡Ah, ah, ah, ahí ¡E moltto cansancio non puó respirarl ¡Ah! It is dreadful (1) ¡Ah, ah, ah, ah! ¡Qué fatigamiental ¡Mí no respiarl ¡Ahí Hablado ¡Mogol ¡Waiter! (üeitoer.) ¡Camarieril ¿Qué desean los señores? / Quianti ! ¡Porto! ¡ Wisky! Al momento. Miren, miren, vosas señorías. (Por Lohengrin.) Ser una máscara. E un artista. Es una cafeteira rusa. ¿Habrá venuto quí il tenore? Nao me cabe douda. (Vienen en busca de Peruxo.) (¿Quiénes serán estos pajarracos?) Ser lástima la suspendidura del concierto. E habere tenutto que devolver el importe de la intrata. ¡777.777 reís! ¡Estou furioso! No ver tenoro. Estará en o salón de ariiba. Domande lei a la incargata dil mostratore. ¡Vou! (l) ltis dreu fúl. — 74 — ESCENA VII DICHOS, SAMANIEGO y LUIS SERRANO, por la segunda izquierda- bajan del salón de conciertos Sam. Martín Conde Carb. Sam. Luis Prín. Trini Sam. Carb. Sam. Carb. Luis Carb. Luis Sam. Carb. Sam. Carb. Sam. Carb. Luis Sam. Trini. Sam. Trini Luis Carb. Sam. Conde Prin. Carb. ¿Ustedes aquí? (Los otros.) Adesso siamo arrivati. ¿Han falado vosas señorías con o tenor? No le hemos visto. Estamos buscándole. El estar escondite. (Estos son los que se llevaron a Pablo.) Lo mejor es hablar con el Director. Cafeteil‘0. (Euíadado.) ¡Director, y mejor que ustedl A él segura¬ mente no se le escapan los artistas. E sin eu sólo hubiesele. guardado, tampoco habriase escapado. ¿De modo que tengo yo la culpa? Ten a culpa as mulleres. ¿Cómo? ¿Qué quiere usted decir? ¡Que sernos muitos pa o negocio! Yo vendo mis acciones. E eu as minhas. Con el 10 por ciento de descuento. E eu con el 25, Bien, bien; vamos a lo que importa. Tiene usted razón. A ver, joven. (Dirigiéndose ai mostrador.) ¿Se puede hablar con el dueño del café? Se le avisará, si ustedes quieren. Haga usted el favor. (Al Camarero que entra primera derecha ) Di a don Santiago que le aguardan unos señores. Si el tenor es resiste a volver con nosotros- acudiremos a los Tribunales. ¡Nao! Pleitos tengas e os gane, dice a maldi¬ ción gitana. Por algo no quería yo meterme en este ne¬ gocio. Ni io. . f 1 Ni mí. (Eu me quedo solo con Peruxo.) — 75 - ESCENA VIII DICHOS, SANTIAGO, MANUELA, FERNANDEZ, RAMÍREZ y JIMÉNEZ Sant. Sem. Man. Sant. Luis Sant. Carb. Conda Prin. Sant. Man. Luis Sam. Luis Conde Carb. Sant. Carb. Sant. Man. Sam. Man. Sant. Carb. Luis Sam. Conde Sam. Carb. Trini Sant. Man. Sam. Carb. ¿Quién pregunta por mín? Nosotros, señor Oliveira. (Los del secuestro.) (a Fernández.) ¿Y qué desean ustedes? Que nos diga dónde está el tenor. ¿Yo?. Sí, vosté que lo tiene seguramente escon¬ dido. ¡Ecco! ¡Yes! ¿Yo escondido? ¡Ojalá! (¡Se les ha escapado!) No finja usted más, señor Oliveira. Y entréguenosle u-ted de buen grado... O daremos parte a la policía. Porque il tenore é nostro. . ¡E nao estamos dispostos a perder una mina, de ouro! ¡Pues como non quiera vosa escelenza una de hojadelata! (señalando a Lohengriu.) De min nao se burla nadie. Ni de min tampoco. Mi home dice a verdade. Pablo non está aquí. ¿Será posible? Yo non sé mentir. Agora, que celebramos moito que se les haya escapado a vosas se¬ ñorías. ¡Ya estamos iguales, meu compañeiro! (¡Este gallego me reventa! Si nao mirara..,) ¿Y qué hacemos? Yo por mi parte desisto de buscarle y me vuelvo a casa. Andiamo a la vía. Con un hombre así, no hay negocio posible. ¡Estou furioso! ¡Eh! ¿Qué pasa arriba en el salón? ¿Otro escándalo? Non lo quiera Dios. (Desde la puerta.) ¡Pero Carballeira!... ¡Esperen, esperen! — 76 — Trini Martín Sant. Carb. Man. Sant. Carb. Man. Trini Carb. Sam. Carb. Luis Sant. Carb. Sant. Carb. Sant. Trini Man. Sant. Pablo Martín Sant. Pablo Trini Man. Pablo Sant. Man. Sant. Man. Carb. Sam. Luis Conde Prin. Jim. |Parece que gritan! Pois ahora non e a mí. ¡Qué ha de ser a usted, si son vivas! ¿Eb? ¿Qué dicen? Pues dicen... ¡Viva Peruxo! ¡Ah! i ¡El aquí! \ (a un tiempo.) ¡Pablo! ) Señores, ya ha parecido o fugitivo. ¿Dónde e3tá? Arriba, en el salón. Pues arriba por él. ¡Silencio, que va a cantar! ¿Aqui? ¡Aquí nao canta Peruxo! ¡Al que se mueva le estampo una silla en la Cabeza! (Desde la escalera.) ¡Dimoñol (Todos se detienen.) ¡Ya preludia la jota el piano! (¡El, Dios mío, el!) (¿Pero es posible?) ¡Chist!... (Dentro.) Dentro de un pecho baturro lleno de luz v alegría... ¿Ghi e ese grillo? ¡Calle usted, merluza afónica! No cabe más que un cariño, porque no cabe falsía. ¡Mentira! ¡Calla! (Muy reconcentrado y apretándole el brazo.) ¡Porque no cabe falsía dentro de un pecho baturrcl (Ovación formidable dentro. El Camarero que está en escena ha ido llamando por la primera izquierda a los que están dentro, y se ve salir a otro Camarero, a un Pinche y el Cocinero con gorro y mandil.) ¡Manoela! jSantiajo! ¡Corramos a abrazarle! (subiendo la escalera.) ¡Corramos, sin! ¡Viva Pablo! ¡Arriba por lo nuestro! ¡Arriba! iCayó el pez! * j. , > (A un tiempo ) ¡ Andiamo! í ¡Hala, hala! j Si ese hombre canta aquí ocho días, cobra¬ mos todos, (a Ramírez y Fernández.) — 77 Cam. I.o ¡Si vuelven a llevárselo se cierra el café! Cocinero ¡No se lo llevan! Cam. I.o ¡Viva el tenor aragonés! Todos ¡Viva!... (Subeu todos, unos tras otro, por la escalera, menos Trini y Lohengriu.) i ESCENA IX TRINI y LOHENGRIN DE PLATA (Martín.) Mar fin ¡Che ovacione, che entusiasmo e che voce piu divina! ¡E io, en cambio, senza poder cantare, e silvatto! ¡Ese e il mío pasati e io sono il suo porvenire! (pausa.) ¡Camareri, al- tro fiaSCO di vino! (Sube por la escalera.) Nkúsica Trini (ai pie de la escalera.) ¡No sé que hacer, sábelo Dios, si subir y arrojarme en sus brazos, sedienta de amor, o clavarle un cuchillo en el pecho por falso y traidor! (Baja al proscenio.) No quiero oirle ni verle: que con los ojo3 me engaña y con la boca me miente! Que olvide y perdone me dice mi amor; la rabia y los celos me dicen que no. Y huir yo debiera, que estando aquí yo, * más loca que a la otra me vuelve su voz. v __ Tengo miedo, mucho miedo, de que vuelvas a quererme; porque pienso, entrañas mías, que he de volver a perderte, (se sieuta.) - 78 Julia Estela Trini Julia Estela - Julia Estela Julia Estela Julia Estela Julia Estela Julia Estela Trini Es la mujer de la caita la que me robó su amor; la que escuchando a mi Pablo, enloqueció con su voz. Ella oirá las palabras amantes que a mí me decía, mas no puede quererle lo mismo que yo le quería, (se levanta.) Ya el amor que leía en sus ojos no puedo yo leer. |Ay qué pena, si ya me ha olvidado por otra mujerl (Se dirige al mostrador, quedándose tras él. Entran, por la puerta del loro, Julia y Estela, con trajes de ca¬ lle y sombrero.) Esta es la taberna, aquí debe estar. Tú que le dominas le convencerás. ¡Dios mío, no hay duda, aquella mujer es la de ia carta, que viene por él! Por él preguntemos en el mostrador. Puede que lo nieguen. No he caído yo. Subir a buscarle es mucho mejor. Vamos, pues. Tú sola, y con precaución. Lo que deseas — ya he comprendido. Que nadie sepa — que hemos venido. Voy, pues, en busca — de un camarero. Si te hace falta — toma dinero. Llevo bastante — Tino y valor. Vuelvo en seguida — con el tenor. ¿Y he de sufrirlo? ¡No, no ha de ser! Yo no quiero que Pablo se marche con esa mujer. 79 — Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Ya de impaciencia no puedo estar; desde sitio que nadie me vea los voy a observar. (juila va hacia la escalera, pero al llegar a ella ¡e en¬ cuentra con TrlDi, que la impide el paso.) De aquí no se pasa. ¿Quién puede impedirlo? Quien ya no se deja robar un cariño. Apártate a un lado. No pasas de aquí A mí qué me importa de Pablo y de tí. 4 Llevo sangre gitana en mis venas y amo y odio con todo mi ser, y de Pablo y de ti, si es preciso, vengarme sabré. Ni tu amor ni tu furia me importa, ni ante nadie en mi vida temblé, ni una pobre muchacha del pueblo me puede ofender. De mi cariño te burlas porque no le quieres como yo le quiero. Es muy grande la distancia del amor que tú le tienes al que yo le tengo. Quien no perdió lo que amaba, comprender no puede lo que estoy sufriendo. ¡Nadie sabe qué es cariño hasta el día que no empieza a sentir los celos! Ni entiendo tu charla ni quiero entenderla. No olvide mis frases quien hoy me desprecia. Refrena tu ira y déjame en paz. Por Pablo viniste, confiésalo ya; — 80 Las dos Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Julia Trini Estela Julia Trini Julia Trini pero contigo él no se irá. Yo no sé lo que oyéndola siento, y alejarme debiera de aquí, mas no debo ceder un momento, que no ha de lograr reirse de mí. Por tu causa perdí el bien amado y su ausencia y su olvido lloré, y hoy que vuelve por fin a mi lado te puedo jurar que no cederé. |Qué me importa tu amor! (Llorando.) ¡Hoy con él no te irás! JEl llorar es de necios. Algún día tú llorarás. ¡Maldita, maldita sea, la que su amor me ha robado, la que en mi mal se recrea! ¡Maldita sea! Hablado ¿Es decir, que te ha de querer a la fuerza? A la fuerza,, no; pero no te le llevas. ¿Y si él quiere seguirme? No quiere. Pues déjame que hable con él. Delante de mí. ¿Y si te teme? No es miedo lo que yo le inspiro, es amor. Pues si es amor dejará que me vaya sola. ¿Quién lo duda? Yo. Hagamos la prueba. Sí; hagamos la prueba, vé a buscarle, y si él te siguiese... ¿Qué? No te sigue, no; ¡la Virgen del Carmen no puede consentir esa infamial (Dentro.) Julia. Vete. (A Trini.) No le digáis que estoy escondida. Ni tú salgas, pase lo que pase, hasta que yo me vaya sin él o con él. ¡Lo juro! (Se esconde detrás del mostrador.) •v t 81. — ESTELA, todos los Estela Julia Estela Julia Estela Julia Trini Estela